Desde que conquistó su primer Campeonato de Europa en abril de 2014 en Kazán (Rusia), Marín había dominado por completo el bádminton, confirmándose como una fulgurante 'rara avis' en un deporte históricamente dominado por Asia.
De hecho, este viernes se ha erigido en la primera campeona olímpica no asiática. Alcanzó la gloria en el Mundial 2014 de Dinamarca, repitió en Indonesia 2015 y este mismo año también alcanzó su segundo título europeo en Francia. Solo le faltaba reinar en unos Juegos y no falló a su nueva cita con la gloria, con la épica añadida de tener que remontar en la final olímpica ante una dura rival que engrandeció aún más el logro.