¿Tendremos pensiones? Es lo que algunos nos preguntamos y no hayamos respuesta . La semana pasada el Gobierno en funciones dio otro zarpazo al fondo de las pensiones para pagar no se qué. También hace pocos días nos sorprendía los últimos datos del INE anunciando por primera vez más defunciones que nacimientos.
Estamos entrando en el llamado invierno demográfico, donde no va a haber suficientes trabajadores para sostener cada vez más a una masa poblacional cada vez más envejecida con mayor asistencia social.
El los países europeos , y tenemos un ejemplo muy cercano, Francia, hace décadas que se dieron cuenta del problema que se les venía encima y se pusieron ha trabajar. Así un gobierno francés socialista empezó toda una campaña natalista animando y protegiendo a los que querían tener el segundo y tercer hijo.
Y triunfaron, Francia este año llegarán al relevo generacional que está puesto en 2,1 hijos por mujer y asegurarán que la nueva generación mantendrá el coste social de la población mayor.
En nuestro país aún estamos mirando hacia otro lado. No le damos importancia a ese invierno demográfico porque jugamos de ideologizar a la familia y vender que políticas natalistas son más de un lado que del otro.
Es un problema muy serio y que no tiene que ver nada con las ideologías sino más bien con el futuro y el mantenimiento del llamado bienestar social que tanto nos ha costado alcanzar.
Es hora, pues, de ponerse en marcha fortaleciendo a la familia para que en su seno nazcan nuevos ciudadanos. O se apoya y fortalece la institución familiar, verdadero pilar de esta sociedad, o cuando nos demos cuenta será demasiado tarde.
Y este no es un discurso alarmista es lo que los números nos demuestran y algunos se niegan a ver y estudiar. Necesitamos que nuestros políticos desideologicen a la familia, que su defensa no sea considerada de derechas o izquierdas y se pongan manos a la obra.
Y acabo como empecé, tendremos pensiones? y la posible respuesta tiene que ver en si nuestros políticos serán verdaderos estrategas del bien común o seguirán mirándose su ombligo.