Se trata de un deporte muy integrado en la cultura española que, si bien puede crear alguna decepción, suele provocar un aumento de la felicidad y bienestar emocional de los españoles, quienes lo utilizan como excusa para fomentar sus relaciones sociales y encuentros familiares.
De hecho, tal es el estado anímico de los españoles cuando ven un partido de fútbol que, según mostraron diversos estudios, el gol de Iniesta en la Final del Mundial 2010 provocó, además de a España campeón del mundo, un aumento de la tasa de natalidad.
"Con el fútbol no se juega. Los españoles tienen muy integrado en su cultura este deporte que genera no solo un aumento de la felicidad sino un incremento de las relaciones sociales, encuentros familiares; una multiplicación del consumo en bares y hasta un boom en la natalidad, como ya ocurriera cuando la selección nacional se alzó con el título mundial y, en dos ocasiones consecutivas, con la Eurocopa", ha aseverado la experta.
Y es que, el fútbol fomenta la liberación de endorfinas, las llamadas 'hormonas de la alegría', que pueden ayudar a reducir el dolor y aumentar el bienestar emocional y propicia los reencuentros, el sentido de pertenencia e, incluso, la "sana controversia".
"Con la victoria de nuestro equipo se genera una sinfonía de sensaciones agradables, orgullo, felicidad, victoria, logro, expectativas, unión, patriotismo deportivo; un sinfín de emociones en un deporte apasionado, impredecible, dramático y que muchas veces escapa de la lógica. Por ello se le viene denominando el opio del pueblo, aunque posiblemente también sea un lenitivo muy necesario para apaciguar las innumerables emociones negativas y los sinsabores que la vida cotidiana nos inflige", ha zanjado la experta