Las acusaciones vertidas en el programa ‘Le Grand 8’ de la cadena de televisión D8 por Roselyne Bachelot, la exministra francesa de Deportes, insinuando que cuando Rafa Nadal estuvo apartado de la competición en 2012 no fue por una lesión, sino porque dio positivo en dopaje. Bachelot hizo estas imprudentes declaraciones sin aportar ninguna prueba, ni un solo indicio que sostuviera tan grave acusación. Solo su testimonio y nada más.
No conviene dejar ir de rositas a quien, no siendo un guiñol, haga lo que ha hecho la exministra
Como es natural el principal agraviado por el proceder de toda una exministra francesa de Sanidad y Deportes durante el gobierno de Nicolás Sarkozy es el tenista mallorquín, pero no solo él. Bachelot implícitamente ha acusado a la Federación Internacional de Tenis (ITF) y a los organismos internacionales que luchan contra el dopaje en el deporte, que son muchos y muy competentes como demuestra el número de casos que salen a la luz pública cada año, que si bien no son muchos afortunadamente, se demuestra que el dopaje se persigue y se sanciona.
Rápidamente Toni Nadal, entrenador de Rafa, anunció que sus abogados ya están manos a la obra para actuar legalmente contundencia contra alguien que gratuitamente y sin ninguna prueba, lanza calumnias de gran calado sobre uno de los mejores deportistas de la historia de España, si no el mejor. Hacen bien en llevar a Bachelot ante los tribunales, porque las insinuaciones sin sustento de dopaje contra Nadal no son algo nuevo y ya no conviene dejar ir de rositas a quien, no siendo un guiñol, lo haga de la forma en que lo ha hecho la exministra.