PSOE y Ciudadanos firman un acuerdo de Gobierno que sabe a campaña electoral. Ambos afirman que el mismo irá más allá del 5 de marzo. Ya veremos qué pasa, pero no durará mucho.
La suma PSOE-C´s da menos posibilidades de gobierno que la de PP-C´s, así que muy claro lo tiene que haber visto el equipo de Rivera para seguir con las carantoñas a los populares y a su vez firmar este documento con Pedro Sánchez. Los tiempos están desquiciados y aquí no parece que nadie quiera poner orden.
Podemos ha aprovechado la ocasión para desmarcarse de Sánchez y apuntalar su proyecto iniciático, convertirse en la referencia de la izquierda en España. Ha contribuido a ello Antonio Hernando asegurando que lo único que le queda a Rajoy es Pablo Iglesias, mandando un recadito a ambos lados del tablero.
La pompa y circunstancia que rodeó la firma de ese documento vacío y que no dice nada nuevo fue de una fastuosidad que parecía impropia de aquellos que no tienen -y parece que no tendrán- capacidad de gobernar. La parafernalia le puede salir muy cara a Pedro Sánchez, al que sus actos están abocando a una de las carreras políticas más fulgurantes que se recuerdan. Hay que reconocerle que seguir donde está tras la debacle navideña es meritorio, pero es cuestión de tiempo que sus actos erráticos le lleven al ostracismo. La pregunta a la militancia es el último ejemplo.