Sábado 09 de enero de 2016
Jaume Matas ha puesto a disposición del tribunal del caso Nóos, cuyo juicio comienza el lunes próximo con la exposición de las cuestiones previas, la mitad del "palacete" de la calle Sant Feliu de Palma, valorado según un informe que aportan sus abogados, en casi 2,5 millones de euros. De este modo el expresidente del Govern estaría cubriendo una buena parte de las posibles responsabilidades civiles exigidas por la Fiscalía como perjuicio ocasionado a las arcas públicas.
Matas da un primer paso para reconocer -y reparar- el perjuicio causado, lo que allana el camino a una posible reducción de la pena que hasta ahora solicitaba el fiscal anticorrupción Pedro Horrach, de 11 años de cárcel. El exministro intenta en el último minuto minimizar el daño, lo que puede indicar el camino que muchos otros acusados seguirán en las próximas jornadas, aunque todavía hay algunos como Diego Torres que en una entrevista a un canal privado de televisión insiste en su inocencia y en que todo lo que él hizo fue correcto y ajustado a la legalidad.
No cabe duda de que en muchos casos de corrupción llevados a juicio, tanto la Fiscalía como los jueces han promovido que los acusados reconociesen su culpabilidad y reparasen el daño, los famosos pactos de conformidad, como un modo de reducir la carga de trabajo de la Justicia. Matas allana el camino para confesar y beneficiarse de una actitud de arrepentimiento que tantas veces le ha reclamado tanto el juez Castro como el fiscal Horrach.
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