Los candidatos descansan este sábado y muchos ciudadanos discuten apresuradamente sobre las posibilidades, ventajas y despropósitos de votar según qué opción, como el estudiante que llega mal preparado al examen y hace un último repaso con los compañeros alrededor de unos apuntes ajenos.
Cuatro grandes opciones, y parece mentira lo diluido que está el nacionalismo canario en este histórico combate. Poca renovación y un discurso que suena a viejo han tenido la culpa.
A partir de aquí, todo está en el aire. Lo único previsible es la victoria en votos del PP, pero los márgenes pueden estrecharse o no según el efecto que tenga el electorado el puñetazo de Pontevedra, del que tan buena gestión han hecho los populares.
Lo que está claro es que todos parecen agradecer el fin de un largo año de campaña encubierta. El lunes todos sabrán cuál será su lugar la próxima legislatura y se configurará el apasionante tablero político sobre el que si librarán todas las batallas. Un futuro emocionante.