Pablo Torán | Viernes 06 de noviembre de 2015
Es la nuestra una sociedad enganchada a la información, al escándalo y a la novedad… y no digamos ya a la combinación de los tres factores antes indicados. En ese segmento informativo, no hay ninguna duda de que las novedades judiciales de los famosos destacan sobremanera. No lo vamos a negar.
El problema es que, en muchas ocasiones, resulta difícil determinar una frontera clara entre la noticia y la reputación “judicial” de una persona. El último caso es el del futbolista del Real Madrid, Karim Benzema.
Como todo el mundo sabe, parece que un Tribunal francés ha implicado a Benzema en una rocambolesca historia de un supuesto chantaje sexual a un compañero suyo de la selección francesa, a quien le pidieron un dinero a cambio de no publicar un video que le comprometía.
No tengo ni idea de si Benzema está implicado en el asunto, la verdad, aunque lo dude mucho. Sin embargo, a lo que voy es que, pase lo que pase finalmente con esa investigación, esa persona va a contar con una mancha en su expediente que será muy difícil de borrar.
Es complicado estar imputado y ser famoso. Si te condenan al final del proceso, lógicamente, es que eres un delincuente y todo el mundo lo sabe. Si al final no te condenan, mucha gente va a seguir pensando que, si salió tu nombre y te investigaron, algo habrías hecho para merecerlo.
Sin embargo, mucha gente es imputada y, finalmente, absuelta. Ahí están las estadísticas. O, muchas veces, ni siquiera llegan a juicio. Entretanto, muchas veces esas personas ya han sido condenadas de facto por los creadores de los estados de opinión y por el público en general. Las imputaciones venden muchos periódicos y suben el consabido share. El juego de los mass media. Ya lo sabemos.
No estoy tratando de negar el legítimo derecho de la gente a saber si Benzema está imputado o no, ni mucho menos. A lo que voy es que, en ocasiones, tendríamos que ser algo más prudentes en nuestros juicios y no tratar de anticipar conclusiones sobre asuntos judicializados.
Evidentemente, el caso de Benzema está muy en boga dada la mediáticamente atractiva combinación entre chantaje, futbolistas… pero la conclusión extraída es extrapolable al resto de supuestos. ¿Realmente debe una persona ser objeto de un escrutinio social cuando no ha sido ni (i) acusada ni (ii) enjuiciada, ni (iii) condenada? Yo creo que no. El reproche exige un previo enjuiciamiento y una condena, no una investigación.
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