OPINION

Dime qué estrés te fabricas y te diré quién eres

Miguel Lázaro | Jueves 24 de abril de 2025

Sostengo que el estrés que construimos, en muchas ocasiones, dice más de nosotros que nuestra firma. ¿Es decir somos culpables de nuestro estrés o bien somos las víctimas? Pues depende. Uno, en muchas ocasiones no elige su ambiente y el contexto social donde vive y al que tiene que adaptarse. Pero sí que podemos, para adaptarnos mejor, construir nuestra firma personal en las elecciones que hacemos en nuestro estilo de vida.

Conocemos ya los fundamentos neurobiológicos que se producen durante el estrés, (el famoso cortisol) así como que en nuestra sociedad la mayor parte de la tensión a la que estamos expuestos es social y, en cierto sentido, en gran medida, antropogénico. La economía es parte de la vida social, por lo que si alguien no tiene los medios económicos para vivir una vida normal y tiene que mendigar en torno a los recursos, entonces esto hace que el estrés dañe al organismo. No hay distinción entre el estrés financiero, social y todos ellos producen daño a través de los mismos mecanismos fisiopatológicos.

Por diversas razones, la soledad se ha convertido en un grave problema de salud pública. La necesidad de una conexión social significativa, y el dolor que sentimos sin ella, son características definitorias de nuestra especie. Nuestro bienestar está intrínsecamente vinculado a las vidas de los demás. Pero vivimos una cultura que nos repite con insistencia que vamos a prosperar a través del interés propio, de la competencia y el individualismo extremo

Pero no hay que confundir ambiente con estilo de vida que son formas social y culturalmente determinadas de vivir, ejercicio y deportes, dieta, hábitos, alcohol y tabaco. Por otra parte, las condiciones de vida son aquellas necesarias para la subsistencia, la nutrición, la vivienda, el saneamiento y el ambiente.

El sistema de estrés cuando se activa puede provocar trastornos agudos y crónicos. Para los trastornos agudos, por ejemplo, un factor de estrés puede precipitar un ataque de asma, un episodio de hipertensión o un episodio psicótico. Para las condiciones crónicas, esto es más grave, ya que el estrés crónico puede dar lugar a varias enfermedades crónicas no transmisibles, como la obesidad, el síndrome metabólico, la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión, la depresión y la ansiedad.

Hay dos cosas que se deben hacer cuando se enfrenta al estrés; en primer lugar, hay que eliminar el factor de estrés o alejarse de él, es una decisión inteligente; por ejemplo, si alguien está en un trabajo estresante, entonces esa persona debería de considerar cambiar de trabajo. Sin embargo, si esto no se puede hacer, entonces esa persona tiene que aprender a lidiar con el estrés y hay muchas maneras de hacer esto.

Estas incluyen llevar una vida saludable, que consiste en comer una buena dieta y nutrición de alta calidad; la realización de ejercicio con regularidad; manejar bien tiempo de las actividades diarias, por ejemplo, despertarse y tener el desayuno debe ser aproximadamente a la misma hora del día y dormir bien.

Por desgracia, en los últimos 30 años dormimos una media de dos horas menos que la duración del sueño de las personas en la década de 1970 y esto es estresante para el cuerpo, ya que altera el metabolismo. Es muy bien sabido ahora que la falta de sueño, en última instancia daña los vasos sanguíneos y conduce a estrés crónico en un individuo.

Ah y no malgaste su tiempo y sea respetuoso con el de los demás, obligándote a estar con “gente “inflamatoria, rodéese de amigos ibuprofeno y mas a cierta edad, en la que la artrosis ya va dando la cara. Dime con qué prójimo te relacionas y te diré que microbiota tienes.

Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.


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