OPINION

8 de marzo. Razones haberlas, haylas

María José Belda Díaz | Sábado 08 de marzo de 2025

A finales del mes de enero estaban algunos medios de comunicación de celebración con la noticia de que Canarias es una de las comunidades autónomas donde menos brecha salarial existe. Debido por supuesto a la precariedad laboral, ya que los sueldos son míseros y por ello con la subida del salario mínimo interprofesional se han equiparado.

Que en el siglo XXI esto sea una buena noticia me parece un despropósito, pues avala que se siga dando por bueno que cobremos menos y aún mayor despropósito que alguno diga que si eso fuera real, sería un chollo contratar mujeres, estos argumentos son perversos, porque ya con los datos publicados se nos hace “luz de gas" de una manera totalmente normalizada. Así que según quien defiende estos argumentos, los trabajos feminizados dentro del sector de los cuidados o la limpieza son pura casualidad, aún en contra de todo estudio y teorías que avalan lo contrario. Los que nos explican la razón de que siga existiendo la brecha salarial nos argumentan que tiene que ver con los complementos salariales, algo que se ha permitido por parte quienes nos gobiernan y es que, fíjense, que ya en el año 2017 nos decía Julia López López, catedrática de Trabajo y Seguridad Social de la Pompeu Fabra: “La igualdad se está escapando en la estructura del salario. Antes, en los convenios se ponía el salario base de peón y el de peona. Eso ya no existe pero la brecha salarial se ha sofisticado, ahora está en la composición de los pluses. Cuando tienes una parte fija pero el resto del salario es variable, componen el sueldo, por ejemplo, por la permanencia, por la disponibilidad, por viajes, por la rentabilidad… Las mujeres tienen más problema para lo que se llaman las polivalencias: estar un día por la mañana y quedarse un poco por la tarde, otro día por la tarde pero al final también de mañana, trabajar un sábado…”1

Violencia institucional

Cambiando de tema y razones para seguir reivindicando, además de las ya señaladas y denunciadas por las mismas instituciones y sus políticas pseudofeministas, que por cierto marcan hacia donde hay que ir y cómo hay que trabajar con sus subvenciones, un ejemplo cercano lo tenemos en el Cabildo de Tenerife donde existe un área llamada Tenerife Violeta que no opera a través del Consejo Insular de la Mujer y tampoco proporciona un eje transversal a las políticas insulares. El Consejo Insular de la Mujer, cuya puesta en marcha fue aprobada en 2022 con el compromiso de activarse de manera urgente para auditar las políticas que se realizan dentro del marco de prevención y tratamiento de la violencia de género2, aún en el año 2025 sigue sin funcionar; les explico, este sería un foro para marcar las políticas y con ello el destino final de las subvenciones, sería el espacio de debate para conocer, plantear y aprobar las líneas de las partidas, tal y como se viene haciendo en la Mesa LGTBIQ*+ de esta misma institución. A diferencia de este colectivo, por las mujeres, que somos la mitad de la población, ya piensan otras mujeres y hombres, generando otro tipo de violencia que nos silencia y revictimiza, que se ejerce desde la propia institución, la conocida como violencia institucional.

Realmente parece que el objetivo es frenar el avance hacia una sociedad donde se ejerza la igualdad. Para avanzar en las políticas feministas institucionalizadas, estas se tienen que elaborar acordes a las necesidades reales. Mientras en las instituciones nos niegan el espacio de debate, nos encontramos con multitud de casos de mujeres que no denuncian por miedo a la revictimización, mujeres que se están volviendo locas (literalmente) por ese mismo maltrato que se ejerce desde las administraciones. Recordemos que las que llegan a denunciar en bastantes casos son mujeres que abandonan su hogar, su comunidad, huyendo del agresor; la ayuda de la institución no está hecha para salvaguardar la seguridad e integridad de la víctima porque esto sucede a la vez que se aprueban presupuestos para luchar contra la opresión y la violencia. Algo falla, nos siguen violando, asesinando y las instituciones como el Gobierno insular se cierran a la posibilidad de escuchar y conocer la realidad. Es que seguimos siendo el segundo sexo, ciudadanas sin categoría de Ser Humano.

Todos los partidos políticos que nos gobiernan y han gobernado son responsables de que se hagan políticas acordes a la normativa y la burocracia, en lugar de determinar las líneas de trabajo y las acciones que se deberían establecer de acuerdo a las necesidades de la población a quien van destinadas, las mujeres. Algo que no se hace, es por ello que sigue estando presente la violencia institucional en múltiples formas revictimizando una y otra vez a quien necesita apoyo y seguridad.

El blanqueo de la prostitución

Entre las diferentes razones para mantenernos alzadas, las feministas podemos hablar sobre la industria del cine y sus críticos, tenemos recientemente una película ganadora de los Óscar que nos narra la explotación sexual de una mujer desde una perspectiva masculina, que prioriza el deseo y la fascinación del protagonista sobre la experiencia de ella. Esto nos lleva a una representación cosificada de la mujer, donde su valor se reduce a su atractivo sexual. Se normaliza la explotación al presentarla como una parte aceptable o incluso deseable de la vida de una mujer. Esta normalización dificulta la lucha contra la explotación sexual, vamos, que blanquea la prostitución, el proxeneta es un empresario y el putero que paga por violar es simplemente un cliente.

Además de tener que aguantar a la industria del cine, esta semana hemos podido leer en la prensa como alguno que se considera progresista hace referencia a la mujer explotada sexualmente como “la putilla”.

Utilizar un lenguaje sexista y misógino que denigra a la mujer contribuye a perpetuar estereotipos dañinos y a normalizar la violencia verbal hacia nosotras. Entiendo que los medios de comunicación y organizaciones periodísticas tienen códigos éticos que prohíben el uso de lenguaje sexista y discriminatorio. Así que me gustaría conocer si el uso de "la putilla" puede considerarse una violación de estos códigos. Es importante recordar que la libertad de expresión no es absoluta y tiene límites, especialmente cuando se trata de proteger la dignidad y los derechos de las personas. En este caso de la mitad de la población.

Misoginia

En este 2025, el odio hacia las mujeres viene por parte de los fascistas, machistas, progresistas… y demás familiares. Este odio está presente en las universidades, en las tertulias, en la vía pública, en los gimnasios, medios de transportes, en las reuniones familiares y en los espacios que tendrían que ser seguros para nosotras. Odiar mujeres y expresar el odio hacia nosotras está bien visto, la misoginia sigue siendo la mejor aceptada de las violencias que se ejercen en nuestra sociedad. El trato denigrante, el rechazo a las referentes del feminismo, los insultos fáciles son parte de lo que a día de hoy sigue avalando que se nos violente, se nos asesine, sí, estamos retrocediendo en la lucha, y a la vez, somos cada vez más las que hemos decido incomodar con nuestras voces y actuaciones.

Es necesario valorar y recordar que Giselle Pelicot se enfrentó a su agresor y a los hombres que pagaron para violarla, a ella le debemos ese concepto de que “la vergüenza ha cambiado de lado”, a Jennifer Hermoso ese #SeAcabó el abuso de poder para agredirnos impunemente, a Cristina Fallarás le debemos esa conciencia de los horrores que vivimos las mujeres desde la más tierna infancia hasta cualquier edad, ella ha dado visibilidad a miles de denuncias de mujeres anónimas y personajes algunas veces no tan anónimos como Errejón, destapar los privilegios de los que se han coronado como feministos y nos han vendido la bandera de lo progre que es hacer lo que ellos desean, aunque vaya en contra de nuestro deseo; este caso seguramente ha impulsado a que otras se atrevan a denunciar a Monedero. O la utilidad que han tenido las redes de #HastaElKonejo o #MujeresdePalike donde se denuncian abusos, agresiones, violaciones de hombres del archipiélago, algunos de ellos personajes de nuestra tierra y que suele ser fácil identificarlos dentro del anonimato.

Vamos, que para reivindicar y seguir alzadas el 8 de marzo parece que razones haberlas, haylas, razones para actuar y trabajar desde la coherencia y la dignidad, por y para el avance hacia una sociedad donde se dejen de asesinar, violar, explotar, denigrar, mal pagar y demás horrores.

1 https://blog.cristianismeijusticia.net/interview/julia-lopez-la-pension-viudedad-estaba-pensada-modelo-sociedad-ya-no-existe

2 https://www.europapress.es/islas-canarias/noticia-cabildo-tenerife-aprueba-doce-medidas-contribuir-lucha-contra-violencia-genero-20221125160529.html


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