Si la reconquista de Madrid se basa en proponer que los caballos de la policía local que patrullan el Retiro lleven pañales no creo que vayan a conseguirlo. Esa es la exigencia de Reyes Maroto en la villa y corte de Carlos III. Miralá, miralá, la puerta de Alcalá. La idea no está mal. Aquí la podrían copiar y aplicarla en la romería de San Benito, colocándoselos a las vacas que ponen perdida con sus bostas a la calle de la Carrera. Menos mal que, en su tiempo, no prosperó la idea de la policía montada.
Me imagino que lo de los pañales ha debido salir de una tormenta de ideas. Lo malo es que cuando se trata de porquería lo mejor es no traficar con ella, pues, como dice el refrán, amaneces cagado. Menos mal que los caballos de Madrid son pocos porque si no estaríamos sospechando de un negocio de pañales parecido al de las mascarillas. No estaría mal que le limpien los paseos a los malabaristas, a los músicos, a los ilusionistas y a todo ese género de artistas callejeros que se ganan la vida cada mañana alrededor del estanque. También podían proteger a las palomas que tienen perdidas de detritus blancos a las estatuas de los reyes godos, o establecer un turno para que las agresivas gaviotas dejen comer tranquilos a los peces y a los patos. Ya no se ve a alguien vendiendo a don Nicanor tocando el tambor, y puestos a rescatar deberían subvencionar su retorno. Maroto tendría que contemplar que la bosta de caballo tiene un alto poder fertilizante y podría utilizarse como abono para los jardines, en una interesante función de reciclaje. Estamos a punto de descubrir la eficacia del mundo del pañal como signo de la modernidad. Pañales de todos los tamaños, para perros y gatos, para gallinas, para pájaros, para tortugas y ratones. Que nadie se quede sin pañales, sin patinetes y sin carril bici. Hasta yo me compraría unos para salir en carnavales disfrazado de faquir. El castellano es muy rico y tiene giros que significan cosas insospechadas. Por ejemplo, dejar en pañales quiere decir llevarte a la ruina total. Así nos vamos a quedar todos si se continúa desarrollando el imperio de la estupidez.