Diciembre de 2024 se ha registrado como el segundo diciembre más seco del siglo XXI, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Con una precipitación media de solo 23.9 mm, que representa el 33% del promedio habitual, este mes se posiciona como el quinto más seco desde 1961. Las altas presiones han contribuido a este fenómeno climático cálido y seco en la España peninsular. Para más detalles, visita el enlace.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que opera bajo el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha revelado su informe climático correspondiente a diciembre de 2024. Este mes se caracterizó por ser extremadamente seco y cálido en toda la península ibérica, resultado del predominio de altas presiones durante este periodo.
Las cifras son claras: diciembre registró una precipitación media de apenas 23.9 mm en la España peninsular. Esta cantidad representa solo el 33% del promedio histórico para este mes, tomando como referencia el periodo entre 1991 y 2020. Además, se posiciona como el quinto diciembre más seco desde que se iniciaron los registros en 1961, siendo el segundo más seco del siglo XXI, superado únicamente por diciembre de 2015.
A medida que las condiciones climáticas continúan mostrando patrones inusuales, la preocupación por las implicaciones ambientales y sociales de estos fenómenos se hace cada vez más evidente. La falta de precipitaciones no solo afecta a los ecosistemas locales, sino que también plantea interrogantes sobre la gestión del agua en un contexto de cambio climático.
Este escenario plantea desafíos significativos para las políticas medioambientales y la planificación agrícola en España. Con un clima cada vez más errático, es crucial que tanto las autoridades como los ciudadanos tomen conciencia de la importancia de adoptar medidas sostenibles que ayuden a mitigar los efectos adversos del cambio climático.
A medida que se avanza hacia un futuro incierto, la necesidad de estrategias efectivas para gestionar los recursos hídricos se vuelve imperativa. La comunidad científica y los responsables políticos deberán trabajar juntos para encontrar soluciones viables que aseguren un equilibrio entre desarrollo y conservación ambiental.