OPINION

¿Quién sos tú?

José Luis Azzollini García | Lunes 13 de enero de 2025

Cantan los Sabandeños una canción cuya letra nos lleva a esa relación que existe entre agricultores e intermediarios. En un momento de la canción cuando el pobre hombre del campo, habla sobre sus penurias, el supuesto intermediario le pide al agricultor que se identifique -¿quién sos tú?- para saber con quién habla y aquél le responde: Yo soy un hombre del campo, agricultor y ganadero… la canción sigue, pero para el desarrollo de este artículo ya me vale con la pregunta de uno y la respuesta del otro.

En nuestra sociedad y en la política, hay mucho elemento que si se le hiciera la pregunta, ¿quién sos tú? Respondería solo con monosílabos y balbuceos poco entendibles. Y eso es posible, porque dentro de sus titulaciones académicas o sus dedicaciones laborales, habrá poco que rascar. Más allá de anotar que son políticos desde el año “catapún”, o que son parte del grupo de las personas que nos van a cambiar nuestro concepto de entender la política, no podrán decir nada más. Les bastará con que se les reconozca el hecho de ser político o política. ¡Que no es poco! aunque para ellos será suficiente, pues han conseguido vivir de esa dedicación. Al resto no nos debería servir como para sentirno; satisfechos de que nos representen, pero ese detalle se nos olvida unos meses antes de volver a plasmar nuestro derecho en las urnas. Derecho que debería dejar constancia de nuestro grado de satisfacción/insatisfacción con quienes salieron elegidos en los anteriores procesos electorales.

Hablar de esos personajes, que sin haber hecho prácticamente nada, les hemos convertido en “alguien”. Sería como mencionar a personajillos tipo “gran hermano”. ¿Quiénes eran? ¿Qué hacían antes de entrar en un plató convertido en casa o en una casa convertida en plató? ¡Nada! Ni eran conocidos, ni eran un ejemplo de trabajadores -hablo de la mayoría de ellos y ellas-.Todo lo más, empezaron a tomar notoriedad en las cadenas de televisión por lo que hacían entre las sábanas o por las broncas que, en público, se tiraban los unos a los otros. Yo tuve la gran opción de no conectarme a ese movimiento televisivo y me acogí a ella; doy gracias a mis angelitos de la guarda por esa decisión. Después, algunos de ellos o ellas, fueron captados por alguna cadena, que decidió que al televidente, sus formas medio barriobajeras de hablar y enfrentarse a situaciones cotidianas, iban a captar al gran público. Lo que mandaba eran los niveles de audiencia y cuanto más ruido, mayor sería aquella. La pobre cadena de La Dos, con sus magníficos reportajes de leones, cocodrilos y ñus luchando en el Serengueti por sobrevivir, poco a poco fue quedándose como un testimonio de que la buena televisión tuvo, en algún momento, su hueco.

Pero, no nos engañemos, el mundo de los desconocidos con ánimo de protagonismo, no solamente nos llegaba de la mano de los programas de “realities” -así los llaman para vendernos su propósito a modo de vaselina para supositorios-. ¡Ni mucho menos! Sin darnos cuenta, de la nada, surgió un personajillo con carita de niño que decía representar a nuestras instituciones más secretas. Posteriormente se demostró que muchas de sus acciones en la trastienda de la política, tenían más parecido a una línea argumental de los personajes de la T.I.A. de “Mortadelo y Filemón”, gran creación de Paco Ibáñez T., que a algo más serio. Sea como fuere, su argumentación le sirvió para dejarse ver en reuniones importantes y así se le pudo ver rodeado de “primeros espadas” de la política nacional. El pequeño Nicolás, que es uno de esos personajes que conforman el meollo de este artículo, hoy en día está intentando salir airoso en otros entornos menos agradables. El hombre con cara “infantilona”, trata de que la Justicia, una señora mayor que maneja la pesa romana como nadie, no le dé un “bandejazo” en todo su ego. Si alguien le hubiera convencido que para ganarse la vida hay que trabajar, tal vez le iría mucho mejor, pero…

Pero este caso que acabo de traer, no es ni mucho menos, el único en el panorama de nuestra política nacional. ¡Qué va! Hay casos como el de una señora que hoy en día defiende una silla institucional como lo pueda ser una autonomía, que en sus comienzas llevaba riendas, pero según he leído eran las de una perrita de quien ocupaba el cargo que después ocupó ella misma. En este caso, su currículo presentaba una licenciatura; pero su trabajo más conocido es el de política. Lo que es una pena, porque si hubiera tenido la oportunidad de ganarse el puesto con el “sudor de su frente” y no con el arropamiento de unas listas cerradas de un partido que algo vio en ella, pues tal vez, y solo digo tal vez, entendería mucho mejor cuando se le critica algunas actuaciones suyas, por ejemplo en sanidad. Por lo que se ve, a la señora no le falta desparpajo para hacerse un hueco importante en su propio partido y hay quién afirma que con su boquita de “yo no fui” ha conseguido bloquear el ascenso a alguien que parecía y vuelvo a añadir lo de solo, cuando digo parecía, más importante que ella.

Es en la política en general donde hay personajes que al preguntársele “quién sos tú”, les saldrían los colores. O tal vez no, porque del cemento, solo se puede obtener color, si se le suman añadidos. Me vienen a la mente, personas como La Marquesa Cayetana, el Caballero Abascal, el mismísimo Presidente Sánchez, y su esposa doña Begoña, la señora Yolanda Díaz, Don Pablo Iglesias, su esposa Doña Irene Montero, el “”tito Berni” y tantos otros que si bien es verdad que entre todos suman muchas horas de estudios y titulaciones interesantes, también lo es el que su ocupación principal ha sido en la política. Esto es, el sueldo que han llevado a su casa, ha sido por defender los intereses del pueblo al que han representado. O, al menos eso es lo que dicen cada una de estas personas; aunque no muestran interés en presentarse en listas abiertas, ni para trabajar en que esa posibilidad se haga realidad. A toda esta pléyade del mundo de la política, ahora le han salido unos satélites que a modo de “rémora” se les han ido uniendo para hacer su “negocio”. A este otro grupo, mejor ni preguntarle, porque nos sorprenderían con trabajos de un nivel tan alto que ni siquiera se entendería por quienes no vivieran su mundo. ¿Se puede ser guardaespaldas de alguien o chico de los recados para ir a buscar los cigarrillos, y sin embargo estar metido en un proceso judicial donde, lo que la Justicia pretende dilucidar, es su participación en temas mucho más serios? Pues sí, quien ahora se suele sentar en banquillos de juzgados, presuntamente, estuvo gestionando el supuesto cobro y pago irregular de comisiones -y algo más-, en la compra-venta de mascarillas cuando nuestro País se debatía entre la muerte y la posible supervivencia por el uso de ellas. Otro personaje, de este otro grupo es un supuesto empresario que parece que tiene, para su defensa, documentación privilegiada que apunta a puestos muy altos de la política del Estado. Ahora solo falta que pueda demostrar todo lo que dice. ¿Podrá? Yo sinceramente creo que su historia es un bluf, pero el tiempo nos dirá si personas como éstas, son capaces de responder a la Justicia cuando la Señora de la Balanza, les pregunte ¿Quién sos tú? De momento, su respuesta es ¡poesía para murgas y chirigotas!


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