OPINION

La Peregrinación - Lo Divino

Daniel Molini Dezotti | Sábado 21 de diciembre de 2024

Recibí un mensaje escueto que ponía: “Feliz Navidad”, nada más. No lo juzgué insuficiente, aunque proviniese de un escritor, porque lo acompañaba una grabación, donde un cantor con voz muy grave interpretaba una canción, de esas que remueven el alma y terminan mezclando el niño que uno fue con el adulto gastado que mide las distancias, y añora la familia, la tierra y los amigos.

Una guitarra introducía el tema, luego irrumpía el intérprete, regalando una versión única, distinta a todas las que había disfrutado a lo largo de los años, autograbada, sin ningún artilugio técnico.

“A la huella, a la huella / José y María / Por las pampas heladas / Cardos y ortigas.

A la huella, a la huella / Cortando campo / No hay cobijo ni fonda / Sigan andando.”

Conforme las notas se convertían en versos y estos describían la belleza de la naturaleza, ciertos peregrinos se dirigían hacia la pobreza de un nacimiento, a punto de convertirse en milagro.

“Florecita del campo / Clavel del aire / Si ninguno te aloja / ¿Adónde naces?

¿Dónde naces, florcita / Que estás creciendo? / Palomita asustada / Grillo sin sueño."

Volví a sentir las estrofas como si fuese la primera vez, cuando con poco más de 10 años significaron un hito en el lugar donde vivía.

La pieza estaba incluida en un álbum, “La Misa Criolla”, en el que participaron artistas superlativos, célebres en todo el orbe, como el grupo “Los Fronterizos”, Ariel Ramírez e instrumentistas virtuosos.

El estreno aconteció en un tiempo donde el Concilio Ecuménico Vaticano II estaba imponiendo nuevos aires en los oficios religiosos. De pronto el incienso se mezcló con bombos, guitarras y charangos, y el latín mutó a castellano. Los sacerdotes miraban de frente a la feligresía y los monaguillos estábamos más contentos, ya que no necesitábamos traducir las loas al Señor.

"A la huella, a la huella / José y María / Con un Dios escondido / Nadie sabía.
A la huella, a la huella / Los peregrinos / Préstenme una tapera / Para mi niño."

Tardé muy poco en devolver al escritor la gratitud por el envío. “Buenas tardes, Manolo, dile al cantor que estas Navidades voy a saludar a mi familia con su voz, y la citaré como la del querido hermano de un gran aforista.

No se lo dije a él, pero me quedé pensando en ambos Feria. Los dos catedráticos, además, uno escritor, Manuel, que ya visitó estas páginas, y el otro músico y deportista, Paco.

“A la huella, a la huella / Soles y lunas / Los ojitos de almendra / Piel de aceituna

¡Ay burrito del campo! / ¡Ay buey barcino! / ¡Que mi niño ya viene / Háganle sitio!”

Accedió a mi solicitud, argumentando que precisamente para eso se hacía, para difundirlo, y si era en Argentina, mejor. Me quedaba saber si el acompañamiento con la guitarra también era suyo, y fue en ese momento cuando apareció el aforista, que no sabía la respuesta, la averiguaría, agregando. “El que duda, ¿va en busca de la certeza o de la verdad?”

Lo que llegó fue una mezcla de ambas: “Paco no lo sabe, fue un chico venezolano hace años.”

“Un ranchito de quincha / Solo me ampara / Dos alientos amigos / La Luna clara.

A la huella, a la huella / José y María / Con un Dios escondido /Nadie sabía."

Pensé que si “trabajaba” el tema podría, además de mandar los buenos deseos a la familia, compartirlo con otros lectores, pero ignoraba que todavía faltaba algo, un nuevo mensaje que ni siquiera era escueto, se limitaba a ofrecer un vínculo dirigiendo a un archivo con título críptico: “Paco Feria en el Tenderete. (1º RAE “B” 2007-2008).”

De nuevo las dudas, el empecinamiento por saber, la intención de alumbrar algo decente. La insistencia dio resultado, el interlocutor siempre el mismo, explicando.

Antes de jubilarse, Paco había sido profesor de imagen y sonido en formación profesional, y el video, seguramente, sería un regalo de sus alumnos, reseñando una aparición en un programa de la televisión canaria.

En este caso, “La Peregrinación” es interpretada con músicos e instrumentos de la tierra, las cuerdas se enriquecen con timples, pero el fervor sigue siendo sudamericano.

La sorpresa llegó tras los aplausos del público, porque continuó la música, en este caso con otro villancico, canario hasta la médula: “Lo Divino”

Anuncia nuestro cantar / que ha nacido el redentor./ La tierra el cielo y el mar / palpitan llenos de amor.”

Parecían unirse los objetivos. Según confesó Ariel Ramírez, autor de "La Misa Criolla", en algún momento sintió que debía escribir algo profundo "...que se refiriera al hombre, a su dignidad, al valor, a la libertad, al respeto relacionado a Dios, como su Creador". Algo religioso, que honrara la vida, involucrando a las personas más allá de sus creencias, de su color y origen.

"Madre del alma cesen tus penas / calma tu angustia por Dios no llores / Mira que viene la Nochebuena / los Reyes Magos y los pastores"

Debería preguntar a los Feria, bisnietos de Fermín Cedres, autor de "Lo Divino" si su ancestro dejó alguna constancia relacionada con su título, que se escucha cada año, por estas fechas, en estas islas.

"Lucen los campos, blancos corderos / hay regocijo en las cabañas./Y los tomillos y los laureles / llenan de aromas nuestras montañas."

El arte conmueve, el arte une, allá, aquí, en todos lados.


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