Drago Aguere, la unidad territorial de Drago Canarias en el municipio de La Laguna, realizó recientemente un análisis de los distintos elementos que otorgaron en su día a la ciudad histórica la categoría de Ciudad Patrimonio de la Humanidad, y concluye, tal y como explica su portavoz, Ignacio Martín, “que la declaración está en riesgo”.
“La declaración de Ciudad Patrimonio de la Humanidad se basa en una serie de arquitecturas del siglo XVI muy concretas, así como en el trazado de sus calles”, señala Martín, y hace hincapié en que “la ciudad histórica se diseñó con casas de igual altura, rodeadas por cultivos y agua para hacerla sostenible y con huertos interiores para el autoabastecimiento”.
“Sin embargo —prosigue Martín—, las políticas llevadas a cabo por los distintos equipos de gobierno que han estado y están al frente del Ayuntamiento de La Laguna van totalmente en contra de estos principios” y especifica que “se han enfocado excesivamente en comercializar la ciudad, vaciando los edificios y despojándolos de sus usos tradicionales, e incluso modificando sus fachadas sustancialmente”.
En este sentido, el portavoz de Drago Aguere recalca que “la prueba irrefutable de la excesiva comercialización que está sufriendo la ciudad histórica está en la proliferación indiscriminada de franquicias y de viviendas de uso turístico, que además se ha acentuado en los últimos años” y añade que “ya no se trata únicamente de la alteración de fachadas, sino de la pérdida de identidad cultural y la sustitución de los negocios de toda la vida por negocios pensados para el visitante”.
“Resulta especialmente sonrojante observar al actual Equipo de Gobierno, formado por PSOE y Coalición Canaria, presumir de ciudad en el 25º aniversario de la declaración, cuando hace no tanto pudimos ver al alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, inaugurar un McDonald’s a escasos metros de la ciudad histórica o presentar un informe donde se invisibiliza el impacto de la vivienda vacacional, cuando sus políticas en materia económica, turística y de vivienda no hacen más que favorecer la aparición de este tipo de negocios en el centro de la ciudad”, sostiene Martín.
Por último, el portavoz de Drago Aguere defiende que “para los que somos laguneros de toda la vida es un orgullo poseer la distinción de Ciudad Patrimonio de la Humanidad para precisamente así evitar que nuestra ciudad se convierta en un decorado sin vecinos ni vecinas, pensado exclusivamente para el visitante”.