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El "Gran Hermano" turístico, una medida desproporcionada

Miércoles 04 de diciembre de 2024

El nuevo registro de viajeros impuesto por el Gobierno, que entra en vigor este lunes, constituye una medida controvertida y excesiva que amenaza la privacidad de los ciudadanos y sobrecarga a los operadores turísticos con exigencias administrativas desproporcionadas. Según el Real Decreto 933/2021, miles de empresas del sector deberán recopilar y enviar información sensible de sus clientes, como el parentesco, las formas de pago, el teléfono móvil y el correo electrónico, datos que en otros países de la Unión Europea no son exigidos a este nivel de intromisión en la intimidad.

El objetivo declarado de esta normativa es reforzar la seguridad y prevenir delitos, pero su implementación ha generado un fuerte rechazo. Asociaciones del sector turístico han señalado el aumento de la carga burocrática y el coste que supone adaptar sistemas para cumplir con esta regulación, especialmente por parte de pymes, muchas de las cuales todavía se recuperan de la pandemia. Además, la falta de ajustes o modificaciones en la norma refleja una actitud poco receptiva del Ejecutivo de Pedro Sánchez ante las preocupaciones legítimas de empresarios y expertos.

Reunir y centralizar tanta información plantea serias dudas sobre la protección de datos personales en un contexto donde las filtraciones y ciberataques son frecuentes

Más preocupante aún es el impacto sobre la privacidad de los viajeros. Recopilar y gestionar tanta información delicada plantea serias dudas sobre la protección de datos personales en un contexto donde las filtraciones y ciberataques son frecuentes. ¿Quién garantiza que estos datos no serán mal utilizados o comprometidos? Resulta desconcertante que España opte por implementar un "Gran Hermano" turístico que socava derechos fundamentales.

Es imprescindible replantear esta normativa, buscando un equilibrio entre seguridad y privacidad, y escuchando a los actores del sector. La seguridad no puede ser una excusa para vulnerar derechos ni para sobrecargar a una industria vital para la economía española.


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