Con estas páginas en la mano, podemos volver a esa pregunta superada ya hace mucho sobre dónde están los límites de la poesía. ¿En qué línea del texto se indica que estamos traspasando el territorio de la poética y nos adentramos en el sólido escenario de… todo lo demás? Es difícil establecer fronteras. Y más cuando se trata de describir escenas marcadas por una atmósfera oscura, surrealista, donde lo extraño es central.
Este libro podría tratarse de una exploración de miedos, obsesiones o anhelos, representados a través de estos seres grotescos sin nombres y sin, ni siquiera, descripción física. Estamos ante un bestiario sin bestias, un libro de horas sin relojes, lleno de protagonistas anormales, extraños, distorsionados o feos.
Las criaturas o situaciones representadas en estas escenas no solo son fantásticas, sino también inquietantes, exageradas y fuera de lo convencional, a fuerza de su normalidad. No sabemos a dónde llevan estos mapas.
El autor
Leoncio González, nacido en la isla de Tenerife. Es licenciado en Filología Española por la Universidad de La Laguna y Máster en Educación Universitaria por la Universidad Europea de Madrid. Hace casi tres décadas entró, casi por equivocación, en la redacción de una televisión autonómica recién creada y adoptó esta profesión, el periodismo, como forma de vida. Ha pasado por la prensa, por el audiovisual —como redactor, productor, guionista y hasta regidor de plató— y por la comunicación institucional, además de por la docencia en la universidad. En la actualidad es gestor y planificador cultural. Articulista a tiempo parcial, su obra explora la relación entre literatura y cultura. Siente una atracción profunda por el medio ambiente y la biodiversidad. Ha escrito guiones de documentales sobre poesía, historia y sostenibilidad. En 2011 publicó un poemario titulado Y se ve el mar, al fondo (23 Escalones); y en 2018 un libro de relatos llamado El romanticismo del atún de lata y otras microficciones (DelMedio Ediciones).