Durante su encuentro de semifinales en los Juegos Olímpicos de París, la jugadora española de bádminton Carolina Marín sufrió una lesión que la obligó a abandonar el torneo. A pesar de que dominaba el partido con un marcador de 21-14 y 10-6, la rodilla volvió a hacerle revivir sus pesadillas. Su oponente en ese momento era la china He Bing Jiao.
Tras haber ganado el primer set con un marcador de 21-14 y encontrándose en ventaja de 10-6 en el segundo, la jugadora onubense, que ocupa el cuarto lugar en el ranking mundial, cayó al suelo mientras se sujetaba la rodilla. Recibió atención médica y se colocó una rodillera para poder reanudar el encuentro; sin embargo, tras perder dos puntos más frente a Jiao, no logró continuar. Llorando, dejó la pista principal del pabellón Porte de la Chapelle.
En la búsqueda del título olímpico, Jiao, quien ocupa el sexto lugar en el ranking mundial, se enfrentará a la surcoreana An Se Young. Esta última logró vencer a la indonesia Gregoria Mariska Tunjung en la otra semifinal con un marcador de 11-21, 21-13 y 21-16.
La única causa que ha logrado derribar a la española, tricampeona mundial y heptacampeona europea, ha sido la lesión. Después de un torneo impecable en el que se alzó con la victoria en todos sus encuentros, ella tenía la meta de obtener su segundo oro, tras el conseguido en Río 2016. Una lesión anterior en la rodilla le impidió participar en los Juegos de Tokio 2020, y ahora, la mala suerte la ha dejado fuera del podio en París.
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En el pabellón Porte de La Chapelle, ubicado en la capital francesa, la jugadora asiática y Marín iniciaron el encuentro de manera equilibrada, aunque fue la española quien tomó la delantera. Con cuatro puntos seguidos, la heptacampeona de Europa y tricampeona mundial logró establecer una ventaja significativa antes del descanso del primer set (10-6).
Los errores no forzados cometidos por Jiao facilitaron el camino hacia la victoria para la jugadora onubense, quien logró un parcial de 6-0 y se colocó en una posición favorable (16-7). No obstante, su oponente, dominando el juego desde el centro de la pista, reaccionó con un contundente 5-0 que estrechó el marcador (16-12). Mostrando su increíble fortaleza mental, la campeona de Río 2016 mantuvo la calma ante la presión y, en su segundo intento para cerrar el set, se llevó la primera manga (21-14).
La segunda comenzó con firmeza (3-0) y, al llegar a la mitad, ya parecía que el triunfo final estaba en su camino (10-6). Sin embargo, fue en ese instante cuando resurgió la peor de sus pesadillas: su rodilla le falló. Marín, quien había sufrido dos graves lesiones en esa articulación, una en cada pierna, comprendió en ese preciso momento que su sueño llegaba a su fin.
A pesar de todo, se dirigió al banquillo para colocarse una rodillera, con la ilusión de que lo ocurrido no fuera más que un simple susto. No obstante, la situación había cambiado por completo. Después de disputar dos puntos adicionales, sus movimientos en la pista indicaban que algo grave estaba sucediendo. Al perder el segundo punto, comenzó a llorar sin consuelo y se dejó caer sobre la pista, siendo sostenida por su entrenador, Fernando Rivas.
Desestimó la silla de ruedas que le ofrecieron para dejar la pista y se retiró disculpándose con los españoles que estaban en La Chapelle, quienes lloraron a su lado. Una vez más, el destino fue implacable con la atleta española, quien se queda sin medalla en un campeonato donde, sin lugar a dudas, demostró ser la mejor.