En concreto, la compañía ha situado su ebitda en 2.413 millones, lo que supone un descenso leve del 2,5% respecto al año anterior, fruto de la normalización del negocio de generación térmica convencional compensada por el crecimiento en renovables, comercialización y redes.
Por su parte, el resultado neto se ha situado en 800 millones, un 9% menos, normalizando su evolución tras un primer trimestre afectado por el registro de la tasa extraordinaria del 1.2% sobre ingresos. El resultado ordinario neto (el que se tiene en cuenta para el reparto del dividendo) cae el 12%, a 772 millones. Junto a ello, el flujo de caja también se recupera de forma sólida con 1.025 millones respecto a los tres primeros meses del año hasta sumar 1.192 millones en el semestre.
Todo ello en un contexto de descenso en los precios mayoristas hasta un promedio de 39 euros/MWh, desde los 88 euros del mismo periodo de 2023, un 56% menos. Evolución pareja a la del índice TTF de gas que marcó un precio medio de 29,5 euros/MWh, el 34% menos.
La potencia instalada en fuentes renovables en la Península Ibérica se ha incrementado un 9% desde el cierre del primer semestre de 2023, hasta 10.100MW. Con ello y gracias al fuerte incremento interanual de la generación hidroeléctrica, la producción peninsular libre de emisiones (incluyendo la nuclear) se sitúa en el 90% del total en el semestre, ocho puntos más que hace un año.
La inversión en el semestre fue de 924 millones, un 16% inferior siguiendo la orientación de examinar más selectivamente y con criterios de eficiencia dónde comprometer capital de la compañía. El 70% se destinó a redes (44%) y renovables (22%).
Además, Endesa prevé cerrar en próximas fechas el proceso de venta de una participación minoritaria en la cartera de proyectos solares en operación en España (2.000 megavatios).