Por su contribución a la prevención de los grandes incendios forestales, el oficio tradicional de la recogida de pinocha ha sido reconocido con el galardón Gran Canaria Mosaico por el Cabildo de Gran Canaria. Esta actividad, casi desaparecida, resulta fundamental para despejar de vegetación seca los montes y cumbres de la isla.
Acompañado del alcalde de Artenara, Jesús Díaz, y de la concejala de Medio Ambiente de Agaete, Noemí Rosario, el consejero de Medio Ambiente, Clima, Energía y Conocimiento, Raúl García Brink, entregó el galardón a Juana Suárez y Eduardo Rivero. El consejero destacó que representan un oficio "clave para la gestión sostenible del territorio y de la isla" y que proporciona "un servicio ambiental extraordinario a la vez que contribuye a convertir Gran Canaria en una isla adaptada y preparada ante los grandes incendios forestales".
El Cabildo, en ese sentido, tiene planes de evaluar la posibilidad de extender el pago por servicios ambientales a otras actividades consideradas "igualmente estratégicas", como la recolección tradicional de pinocha, tal como lo mencionó el consejero durante su intervención sobre el proyecto Gran Canaria Pastorea.
Hace tres años, el Cabildo de Canarias comenzó a aplicar una fórmula pionera con los pastores de la isla, que consiste en el pago por servicios ambientales. Un total de 37 familias ganaderas serán retribuidas por su labor en la prevención de incendios forestales. El consejero reflexionó sobre la posibilidad de extender este modelo a otros oficios tradicionales que también contribuyen a mantener un paisaje resistente al fuego. En sus palabras, "oficios que Gran Canaria, sencillamente, no se puede permitir que desaparezcan".
El reconocimiento del Cabildo llamado Gran Canaria Mosaico es entregado a aquellos que, con su labor diaria, contribuyen a la formación de un entorno capaz de resistir grandes incendios forestales. Se premia a los residentes de áreas rurales que se dedican a actividades agrícolas, ganaderas y forestales, así como a quienes trabajan en la restauración o el pequeño comercio local en la isla. A lo largo del año, mensualmente, se otorga este reconocimiento a individuos o entidades representativas de cada elemento clave en el paisaje y medio ambiente que están preparados para enfrentar los incendios forestales.
Desde hace siglos, la pinocha ha sido utilizada como cama para los animales, embalaje para proteger el transporte de fruta y verdura, o para mezclarla con el abono en las fincas agrícolas. Además, es un elemento importante del ecosistema del pinar canario, refugio de flora y fauna que contribuye a prevenir la erosión del suelo. Por lo tanto, es crucial llevar a cabo un aprovechamiento ordenado, racional y sostenible para evitar la acumulación excesiva en zonas estratégicas y prevenir incendios forestales de gran magnitud.
En la actualidad, el oficio en Gran Canaria es mantenido vivo por unas pocas familias, quienes recogen y distribuyen la recogida para su uso como recurso natural en agricultura y ganadería. Además, colaboran en la reducción de la masa vegetal seca en los montes y cumbres de la isla.
Promover la economía circular, evitar la despoblación en áreas rurales y prevenir incendios forestales son beneficios derivados del uso sostenible de recursos como la leña, la pinocha y el forraje. Según www.grancanariamosaico.com, la página web del Cabildo dedicada a la prevención de incendios, se proporciona información detallada sobre las restricciones y directrices para la recolección de pinocha en Gran Canaria, una actividad permitida pero sujeta a regulaciones específicas en cuanto a zonas y cantidades.
La estrategia de prevención de grandes incendios forestales impulsada por el Cabildo de Gran Canaria es Gran Canaria Mosaico, la cual promueve la recuperación de paisajes mosaico basados en el equilibrio entre los espacios naturales y las actividades agrícolas, ganaderas y forestales, así como la adaptación de la sociedad para convivir con el fuego. En un paisaje mosaico, diferentes tipos de bosques y naturaleza conviven con sembrados o pastos, y cada una de estas piezas pone obstáculos al fuego, lo que hace que se propague más lentamente y sea posible sofocarlo.