En 1961, se les podía imponer una multa ligera o llegar a pasar entre cinco y veinte años —a veces incluso toda la vida— en prisión.
Una década más tarde, en 1971, veinte estados aún mantenían leyes sobre sexo «psicopático» que permitían la detención de homosexuales. En Pensilvania y California, los considerados “ofensores sexuales” podían ser encerrados en instituciones mentales de por vida y en siete estados podían ser castrados.
Durante aquellos años, la castración, la hipnosis, las lobotomías y terapias como la emética, de electrochoque o de reorientación sexual eran los medios usados por los psiquiatras para intentar “curar” a los homosexuales de sus deseos.
A finales de los sesenta, la confluencia de varias reivindicaciones sociales, como el movimiento afromericano pro derechos civiles (1955-1968) y las manifestaciones contra la guerra, crearon un clima beligerante que, junto al ambiente liberal de Greenwich Village, influyó en el desencadenamiento de los disturbios de Stonewall.
EL ORIGEN DE LA BANDERA DEL ARCOÍRIS
Cuenta la leyenda que todo empezó en 1969, cuando la actriz Judy Garland fue hallada muerta en Londres (Inglaterra). Más de 22.000 personas asistieron en Nueva York al funeral de la inolvidable Dorothy de ‘El Mago de Oz’, muchas de ellas homosexuales.
Tras el responso, los locales de ambiente de la ‘Ciudad que nunca duerme’ fueron ocupados por los numerosos seguidores de la artista. Cabe tener en cuenta que, en aquellos años, este tipo de clubes eran fuertemente perseguidos con constantes redadas. Aquella noche no fue una excepción. Las fuerzas policiales cargaron contra los asistentes como forma de castigo.
Sin embargo, algo había cambiado. La reyerta que empezó en el Pub Stonewall Inn y que se trasladó hasta Greenwich Village, se convirtió en el principio de nueva era. Los fans de Garland empezaron a entonar por toda la ciudad la melodía de ‘Somewhere, over the Rainbow’ (‘En algún lugar sobre el arcoíris’), el tema central de ‘El Mago de Oz’. Los gritos de “¡Judy vive!” o “¡Judy está aquí!” fueron plasmados en paredes que sirvieron para iniciar la lucha por los derechos de los gays, lesbianas y transexuales.
Un año después, el 28 de junio de 1970, se realizó en conmemoración de lo sucedido la primera marcha del Orgullo Gay. Sin embargo, la famosa bandera multicolor no se estrenó hasta el 25 de junio de 1978 en el desfile por la Libertad de Gays y Lesbianas que se celebró en San Francisco.
Creada por Gilbert Baker, este símbolo está inspirado en la mencionada canción de Judy Garland. Por cierto, la bandera fue encargada por Harvey Milk, el primer hombre abiertamente homosexual en ser elegido para un cargo público en Estados Unidos.
ORGULLO EN LA ACTUALIDAD
Una vez superadas las leyes que penalizaban las prácticas homosexuales en gran parte del mundo, en la actualidad se reivindica la despenalización en el resto de países, junto a otros asuntos en los que persiste una discriminación hacia el colectivo, como la lucha por la legalización del matrimonio homosexual o el establecimiento de las familias homoparentales (adopción de hijos por homosexuales), el respeto a la identidad sexual de las personas transexuales y sus derechos (cambio legal de sexo y nombre, tratamientos hormonales o quirúrgicos, etc.), además de denunciar la LGTBfobia (lesbofobia, homofobia, transfobia y bifobia) aún existente.
La Fiesta del Orgullo se celebra en casi todo el planeta. En Europa, destacan la de Madrid (que es la que congrega a más asistentes), París (Francia), Londres (Reino Unido), Ámsterdam (Países Bajos), Estocolmo (Suecia), Roma (Italia), Tel Aviv (Israel) además de Berlín y Colonia (Alemania). También resaltar la que festejan en Varsovia, este 2022 hermanada con la de Kiev (Ucrania). No en vano, Polonia está señalado como el país más homófobo de la Unión Europea.
Mención especial merece Oslo (Noruega), donde este año se han quedado sin Pride por lo ocurrido durante la madrugada del pasado sábado, cuando un atentado islamista acabó con la vida de dos personas en un bar LGTBI. A pesar de las recomendaciones de las autoridades de no salir a la calle, la comunidad se manifestó de forma espontánea al día siguiente. Tampoco hay que olvidar a Estambul (Turquía), una ciudad en la que la Policía ha impedido este año la marcha acordando incluso las calles.
Al otro lado del charco, las más importantes tienen lugar en San Francisco y Nueva York (Estados Unidos), Toronto (Canadá), Ciudad de México y Guadalajara (México), San José (Costa Rica), San Salvador (El Salvador), Ciudad de Panamá (Panamá), Sao Paulo (Brasil), Caracas (Venezuela), Buenos Aires (Argentina) y Bogotá (Colombia).
En Oceanía, sobresale el Mardi Gras Gay y Lésbico de Sidney, que se celebra en febrero para poner fin al verano austral, mientras que en África, despuntan las de Johannesburgo (Sudáfrica) y Windhoek (Namibia).