OPINION

Atasco Parlamentario para E.L.A.

José Luis Azzollini García | Lunes 24 de junio de 2024

En meses atrás se habló bastante de los tiempos legislativos. Se tocaba un palo tan importante como la idoneidad y el momento en el que se podía aplicar la Ley de Amnistía. La controversia estaba servida, al discutirse que los tiempos fueron usados para favorecer a la votación en los comicios europeos. Así, se decía que una Ley Orgánica se podía enviar al BOE al día siguiente de haber sido aprobada; otros solo mencionaban los plazos y afirmaban que existen unos quince días; Todo fue un nuevo “tira y afloja” patio de recreo de colegio de niños. ¡Colegio “de pago”, claro! Unos, que si el retraso era por esto; otros, que si es por aquello. Al final, se publicó cuando quien tenía el manguito de la sartén bien agarrado -aunque fuera solo con la punta de los dedos- quiso que fuera. La realidad es que el mundo de la política sigue dándole, al resto de la población, motivos para pensar más en usar el verbo “botar” que el de “votar”.

Verán: no hace mucho entró en el Parlamento una Ley para tratar de buscar alguna solución de mejoría en la calidad de vida de quienes sufren esa degenerativa enfermedad del E.L.A. (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Para quien no sabe de este mal, que afecta a unas cuatro mil personas en nuestro País, digamos que se trata de una enfermedad que según la fundación LUZON necesita de unos cuidados las veinticuatro horas de día. Una enfermedad que comporta unos gastos para quien la sufre de unos treinta y cinco mil euros al año, de los que el Sistema Sanitario de España solo cubre un diez por ciento. ¿Quién puede asumir esos números? Cada día se diagnostican tres nuevos casos, pero la cifra sigue situada en el mismo nivel. Parece que se contabilizan el mismo número de defunciones por esta terrible enfermedad que quienes entran en la lista. Está claro que sin la ayuda del Estado, difícilmente estas personas pueden llegar a tener un mínimo de esperanza. La investigación es absolutamente necesaria y las ayudas para que, quien ya a sufre, tenga algo de respiro vital, también se hacen necesarias.

Para darle una solución, se promovió una Ley que tras llevar dos años paralizada -según se recoge en el eldiario.es-, se ha retomado con el consenso de todos los partidos. Cuando alguien lee que se habla de consenso, en un País donde lo habitual es el debate acalorado y los desencuentros continuos entre fuerzas de distinto color político, pues qué duda cabe que se llena de ilusión para este colectivo del que hablo. El ocho de marzo de 2022, se inició el trámite parlamentario. Cabía esperar que con tan espectacular acuerdo, los enfermos y familiares ya estarían disfrutando de los beneficios de la Ley. Estamos en 2024 y ¿qué sabemos de ella? De momento, lo que se sabe es que aún no ha llegado al B.O.E. y, por lo tanto no está en vigor. ¡Tres nuevos casos se detectarán cada día que pasa sin tener la Ley! ¡Cada día sin ella, también otras tres personas dejarán este mundo! Sus Señorías: ¡tres cada día!

La necesaria Ley, se puso en marcha a propuesta de un partido que ya casi está de forma testimonial y tras verse interrumpida por las nuevas elecciones de 2023, otro partido de esos que llamamos de derecha, volvió a meterla en el proceso parlamentario. Pero ni aquél lo consiguió, ni éste parece que vaya teniendo mucho éxito. Y, entre tanto un personaje que ya casi no se le entiende al hablar, está dejando claro que el mundo político está más paralizado que lo que su enfermedad está haciendo con él. Jaime Latifa, su familia y algunos de esos amigos verdaderos que aún quedan, están levantando ampollas en las posaderas de muchos o de todo el arco político que se sienta en el hemiciclo, supuestamente, para buscar soluciones a los problemas de la ciudadanía. Este valiente, la última vez que supe de él y de su equipo, estaban recorriendo en bicicleta el valle de la muerte en California (EEUU). Lo hacen, no por diversión, ni para un record Guinness, sino para visibilizar ese gran problema. Lo hacen, con una caballerosidad hacia la política, que para mí la quisiera; pues lo que realmente merecen todos y cada uno de los partidos políticos, es que vayan con una pancarta dejando claro la tranquilidad que se toman sus señorías en sacar para adelante una Ley que ayudará, a vivir con dignidad, un mal que agota a quien la sufre y a quienes están a su lado.

Cuando veo estos retrasos, me viene a la memoria, lo que se tarda en la aplicación de la subida de sueldos de quienes han de velar por nuestros intereses. Era prioritario aprobar los presupuestos y se consiguió; y dentro de ellos, venía incluida la subida salarial que menciono. Me viene igualmente a la memoria, los tiempos en prestar atención a otras leyes que siendo importantes -todas lo son- no parecen tan desesperadas como esta que siguen manteniendo atrabancada.

¿Cuál es el motivo de este incomprensible retraso? Pues lamentablemente, puede que sea una de esas cuestiones que nos hacen sonrojar cuando las leemos. Parece que estamos, una vez más, ante un: “pues yo más” de lo más clásico en nuestra actividad política. Que tú propones una Ley para ayudar a los pacientes E.L.A., pues yo doblo la apuesta y propongo otra distinta que también sirva para dar cobertura a todo paciente que sufra daño cerebral en general. Que digo yo, que no entiendo de política sobre todo cuando comparo mis entendederas con las de estas dignísimas personas: ¿No se podría aprobar ya esta Ley que lleva tiempo parada aun teniendo un gran consenso y, ya después, si se considera necesario, se lleva cabo la o las ampliaciones de cobertura que se consideren necesarias? Creo que ya está bien de tanto embrollo político y opten por dar algo de dignidad a las personas que demandan su celeridad. Que digo yo, también; si esta enfermedad afectara a un porcentaje de la población tan alto, que pudiera decantar un proceso electoral en un momento determinado, ¿se estaría retrasando tantísimo? Ya les digo yo que lo dudo muchísimo. Y, digo más: ¿Si tuvieran que aprobar la subida de sus excelentísimos sueldos, tardarían tanto en sacar el tema para adelante? Esta respuesta, la podemos leer en las hemerotecas.

Sea como sea, la Ley E.L.A. ha conseguido algo verdaderamente curioso. Por un lado ha sido una Ley que ha contado con el consenso de toda la cámara -al menos de los partidos con representatividad clara-. Y, en el lado opuesto, ha dejado claro la incapacidad de los partidos que nos representan al demostrar, que aun teniendo un gran consenso, no son capaces de sacar una Ley a luz pública. Si con una propuesta legal como ésta, tan claramente apoyada, se tarda tantísimo, ¿qué nos puede extrañar que no den solución a otros grandes temas de interés para el Estado?

Me da vergüenza que Jaime Lafita y su equipo, estén llevando la inoperancia de nuestro Parlamento por el mundo. Pero creo que mucho más sonrojo, les debería estar produciendo a esos actores que siempre hablan de trabajar por y para el pueblo al que se deben. ¡Ley E.L.A., ya! ¡Ánimo Don Jaime!


Noticias relacionadas