Luis Campos, a través de una pregunta oral al presidente del Gobierno, evidenció la incoherencia de la principal formación política del pacto de las derechas canarias, liderada por Fernando Clavijo, al defender el establecimiento de una tasa ambiental europea para los nuevos residentes que se trasladen a vivir a las islas por el impacto y la huella ecológica provocada.
Pero, al mismo tiempo, CC y el Ejecutivo ponen el “grito en el cielo, y hablan del fin de los tiempos”, por proponer la aprobación de una ecotasa para mitigar el impacto de los 16 millones de visitantes anuales que recibe la comunidad, dentro de un conjunto de medidas destinadas a reorientar el desarrollo de Canarias hacia la sostenibilidad.
Una reivindicación que, como recordó el canarismo de progreso, fue reclamada por las multitudinarias manifestaciones del pasado 20 de abril para fijar límites al crecimiento.
Campos subrayó que la tasa turística es una medida fiscal globalizada, interiorizada por los turistas a nivel mundial y, “lo más relevante”, su implantación “depende exclusivamente” de la comunidad canaria. Frente a la tasa ambiental europea para los nuevos residentes comunitarios en las islas que, en opinión de NC-BC, en primer lugar, requiere un “amplio consenso en Canarias” para vencer las trabas del derecho comunitario a una medida de estas características.
Las mismas incongruencias fueron denunciadas por el portavoz canarista progresista sobre la idea de CC de una ley de residencia de la UE para contener el crecimiento demográfico mientras que, en la comisión parlamentaria en la materia, la formación política de Clavijo, “no ha hecho una sola referencia” a una legislación de ese tipo.