OPINION

Sesión de Control

Julio Fajardo Sánchez | Miércoles 29 de mayo de 2024

Empieza la sesión de control al Gobierno y el líder de la oposición pregunta sobre lo que viene en todas las cabeceras de los periódicos menos uno. No hacerlo sería darle la espalda a la realidad que reflejan la mayoría de los medios de información. Le preguntan al presidente si sabía que su esposa estaba imputada por el auto del juez Peinado. La contestación es aludir a Milei, a Netanyahu y a la máquina del fango. La bancada ha aplaudido, pero, a decir verdad, con menos entusiasmo que en ocasiones anteriores. Yolanda no se ha levantado con su besuqueo, María Jesús Montero no ha levantado los brazos para exhibir sus axilas depiladas y Patxi López ha enseñado su sonrisa beatífica con cierta moderación.

En fin, la procesión va por dentro. Los asesores de imagen recomiendan al mal tiempo buena cara. Al presidente le acusan de mentir, pero a estas alturas eso ni es una novedad ni ha demostrado nunca que sea capaz de quebrarle. Esto no va a provocar un giro en la campaña electoral como algunos habían pronosticado. Los objetivos siguen siendo los mismos: Palestina, Milei, la máquina del fango, incluyendo a jueces y periodistas, y salvar a Europa de la ultraderecha. Los ejes del diseño electoral son inamovibles. Quizá tengan razón y la mitad de la sociedad española sigue llevando a El País debajo del brazo a pesar de que le oculte la mitad de la realidad que ocurre a los ojos de la otra mitad.

Hay quien dice que la ciudadanía está ciega, pero yo creo que lo más acertado es decir que está tuerta, o se cierra un ojo para mirar el panorama que nos rodea. Es una forma de ver a las dos Españas, con el parche de Millán Astray. De tanta memoria histórica cada vez nos parecemos más a los tiempos del cólera, perdón, de la cólera. Lo decía Felipe González hace unos días: ya no somos hijos de la democracia sino nietos de la Guerra Civil.

El fango es malo porque no permite avanzar. Se pega a las botas y las hace el doble de pesadas. El fango atrapó a Napoleón en las estepas rusas y fue el origen de su fracaso. Después de esto Tchaikovski compuso una obertura, la 1812, un ejemplo de música narrativa donde la marsellesa es engullida por el himno de los zares entre campanadas y cañonazos. Esto es lo que se consigue con el fango. A Hitler le pasó lo mismo por intentar entrar en esa Rusia profunda e impenetrable. Por supuesto que nadie esperaba que Pedro Sánchez pudiera dar otra respuesta a las preguntas de la oposición. Dejaría de ser Sánchez. Además, creo que desde la bancada de los populares sabían que iba a ser así. ¿Qué otra cosa podrían esperar?

Estamos en campaña electoral y la cosa no va a acabar así. Esta es la primera respuesta, después vendrán más, firmes y serenas, como dice Napoleonchu. El debate no ha hecho sino empezar. Nunca Europa tuvo tanta importancia en la política nacional. Las cosas han cambiado mucho y uno ya no sabe lo que debe o no debe decir. El papa ha reconocido por fin que en los seminarios hay mucho mariconeo y le ha caído la del pulpo. Esto lo sabían casi todos los curas, pero no se podía decir. Ahora se dice, y mira… Con la política pasa igual. Hay tantas cosas innombrables…

Algún día se abrirán las puertas de la libertad y la gente podrá opinar libremente sin que la encuadren en las fachosferas. De momento El País se ha quedado solo en el cierre de filas, ya Yolanda no besa apasionadamente y el triunfalismo no hace poner en pie a las bancadas. Será que el fango pesa demasiado en los pies y la cosa no está para que sus señorías se pongan a hacer gimnasia.


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