A pesar del optimismo económico de los diferentes actores sociales, la institución diocesana confirma en su memoria anual que la pobreza y la exclusión social se han intensificado durante 2023 entre las familias canarias. Cáritas Diocesana de Canarias constata que, a pesar de los indicadores económicos positivos y las políticas de protección social, la difícil situación de las personas atendidas en la provincia de Las Palmas no está siendo amortiguada.
En Canarias, la pobreza ha alcanzado un nivel crónico y se ha agravado en aquellos individuos más vulnerables que todavía no han logrado superar los efectos de la pandemia y las crisis recurrentes. Durante el año 2023, su situación empeoró aún más debido al incremento en los precios de los alimentos y el costo de la vivienda.
En 2023, Cáritas Diocesana de Canarias experimentó un aumento del 17,5% en el número de personas atendidas en comparación con 2019. Esto se debe a los efectos socioeconómicos de la mayor crisis de la historia contemporánea, que ha llevado a un aumento significativo en el número de personas necesitadas de ayuda. Como resultado, el pasado año, esta institución pudo brindar asistencia a 29.100 personas. Además, se ha observado que las consecuencias de esta crisis aún se sienten en los hogares atendidos por Cáritas Diocesana de Canarias, que alcanzaron un total de 9.476 en el pasado año.
En la presentación de la Memoria de 2023 de la institución diocesana, el obispo de la Diócesis de Canarias y presidente de Cáritas, José Mazuelos, resaltó que existen familias en riesgo de exclusión residencial debido al aumento considerable de las hipotecas y los alquileres en Canarias, a pesar de tener un empleo que no garantiza cubrir los gastos básicos en alimentación.
El obispo Mazuelos señaló que, a pesar del optimismo económico y las mejoras en las prestaciones sociales, la realidad no ha cambiado para las más de 29.000 personas atendidas por Cáritas. Por el contrario, la pobreza se ha intensificado y se ha vuelto más severa y cruda, dejando una huella más profunda en las familias y generando perfiles más agravados.
Las personas atendidas por Cáritas Diocesana de Canarias enfrentan mayores dificultades para superar la exclusión social debido a un escenario de incertidumbre e inestabilidad. Las ayudas sociales y económicas no llegan de manera eficiente ni oportuna a los colectivos más desfavorecidos, lo que resulta en perfiles más agravados. Entre estos perfiles se encuentran las personas trabajadoras pobres, aquellas con alguna diversidad funcional o que experimentan un mayor deterioro. Estas personas no solo sufren consecuencias en sus economías, sino también en su salud mental, experimentando un mayor aislamiento y soledad, especialmente entre las personas mayores. Además, se ha observado un incremento en las adicciones.
Destacó el director de Cáritas Diocesana de Canarias, Gonzalo Marrero, que debido a la compleja realidad de las personas más pobres de Canarias, quienes se ven afectados por situaciones de pobreza y exclusión más intensas y trasversales, la institución tuvo que "doblar esfuerzos, tanto en voluntariado como en personal empleado". Además, resaltó que en 2023 la institución aumentó en un 20% el número de sus intervenciones, mientras que en 2022 solo fue del 6%. El director enfatizó que esto demuestra una intensificación de las situaciones de los hogares atendidos.
Gonzalo Marrero, citando los datos que refleja la Memoria anual, aseveró que es necesario proteger a las familias y personas que acuden a Cáritas para evitar una extrema vulneración en la que las consecuencias son difíciles de revertir. También entendimos ante esta nueva fotografía de la pobreza en las islas que cuando una familia pierde su casa, los riesgos de entrar en una espiral mayor son del cien por cien. Además, advirtió que la recuperación económica en Canarias, especialmente la recuperación del empleo, y las políticas implementadas por las administraciones públicas no son suficientes para revertir la situación de las personas más pobres.
Al enumerar algunas de las situaciones complejas a las que se enfrentan los hogares acompañados por la institución, Caya Suárez, secretaria general de Cáritas Diocesana de Canarias, destacó lo siguiente: "Familias con dificultades para llevar una alimentación adecuada, problemas para acceder al empadronamiento, enfermedades incapacitantes no reconocidas, dificultades de conciliación debido al cuidado de menores y personas dependientes, problemas de salud mental, carencias cognitivas, baja cualificación, hacinamiento, ingresos insuficientes, obstáculos para la homologación de títulos y dificultades para la regularización".
En la rueda de prensa de la presentación de la Memoria de 2023, Suárez señaló que la administrativa de la población migrante, la conflictividad y la desestructuración familiar, así como la soledad de personas mayores, entre otros aspectos, fueron significativos.
En la comparecencia de prensa, José Mazuelos apostilló que ahora abordamos la misma situación intensificada y con mayor complejidad, si en años anteriores atendíamos a una familia con una situación concreta o problema específico de alimentación, pago de recibos o desempleo.
La Memoria 2023 de Cáritas Diocesana de Canarias revela que la integración plena no está garantizada por el acceso al empleo, lo que lleva a la normalización de la situación de los trabajadores pobres. Es decir, hay personas que son cabezas de familia y, a pesar de tener trabajo, no pueden cubrir todos los gastos básicos del hogar, como alimentación, recursos energéticos o el mantenimiento de la casa. Esto se debe al aumento excesivo del precio de la vivienda en Canarias, lo cual afecta directamente el presupuesto de los hogares con bajos ingresos. De hecho, el 45% de estos hogares no cuenta con ingresos regulares.
Al dibujar el perfil de las personas más vulnerables con datos del año pasado, Caya Suárez refrendó esta tendencia. Según ella, el 69% de las personas atendidas por Cáritas Diocesana de Canarias estaban desempleadas. Solo el 16% de los hogares tenían un miembro con empleo, y de ellos, el 5% trabajaba en la economía sumergida. Como resultado, el número de personas trabajadoras pobres atendidas por Cáritas Diocesana de Canarias aumentó del 6% antes de la pandemia al 11% en el último año.
"En el último año, la secretaria general señaló que el incremento de las necesidades y la cantidad de respuestas por parte de Cáritas Diocesana de Canarias se debe a que en Canarias, la pobreza se intensifica, se vuelve crónica y se hereda. Según Suárez, carecer de una vivienda implica sumergirse completamente en la exclusión social severa, creando una espiral de pobreza que está relacionada con múltiples factores."
El principal derecho vulnerado y principal condicionante de exclusión social para las familias canarias es el derecho a la vivienda, según ha confirmado Cáritas Diocesana de Canarias. Un 33% de los hogares atendidos no son propietarios de su vivienda. Durante el año 2023, se brindó atención directa a 1.916 personas desde el área de Vivienda. De estas, 208 representan a familias en exclusión residencial, en riesgo de perder su vivienda o que ya no la tienen.
En la presentación de la Memoria de 2023, se resaltó también por Caya Suárez que las personas pobres atendidas por Cáritas Diocesana de Canarias mantienen un rostro mayoritariamente femenino, representando el 59%. Además, se encontró que el 47% de estas personas tienen edades comprendidas entre los 40 y los 59 años. En cuanto a la nacionalidad, se determinó que el 53% son españolas. Por otro lado, se identificó que el 45% de estas personas son familias con menores a su cargo. Es importante destacar que el 69% de ellas se encuentra en situación de desempleo y el 45% no cuenta con ningún tipo de ingreso económico.
Durante 2023, Cáritas Diocesana de Canarias ha atendido a un 17,5% más de personas debido a la concatenación de varias crisis. Estas crisis también han generado dificultades para salir del laberinto de una pobreza cronificada más intensa, que pone en duda los datos económicos más optimistas. Como consecuencia, se ha observado un aumento en las patologías de salud mental y el consumo de sustancias que llevan a la adicción en la población más vulnerable.
Un reparto más justo y equitativo de la riqueza y la protección de los derechos básicos de todas las personas, como la alimentación, el acceso a la vivienda y a un trabajo digno, son abogados por Cáritas Diocesana de Canarias. Además, se comprometen a seguir trabajando en cualquier lugar donde sea necesario para abrir camino a la esperanza.