OPINION

La canción de nuestra vida

Beatriz Vilas | Jueves 04 de abril de 2024

¡Soy una romántica, no lo puedo evitar!, soy de esas personas que siguen leyendo los libros en papel y comprando los LPs, ahora por internet, para que sus autores tengan mayor beneficio.

Me parece que la escritura y la música son de esas artes que nunca deberíamos perder y además debemos tenerlas a la vieja usanza.

Cuando alguien me dice que se descargó alguno de mis libros en una plataforma gratuita, no puedo evitar indignarme, aunque luego pienso que por lo menos, se lo han leído.

Es por ello por lo que, recientemente me compré el último álbum de Ismael Serrano, “La Canción de nuestra Vida”.

Serrano es uno de esos compositores que te llevan a la nostalgia, a la triste del Alma, uno de esos que escuchas cuando necesitas llorar y estar melancólica en el sofá, comiendo helado o chocolate, mientras lees un libro.

He de confesar que a mí me encanta en ocasiones estar en ese estado, me estimula a escribir, a escucharme a mí misma y me ayuda después a mejorar mi estado emocional, cuando llego a la conclusión de que no siempre, cualquier tiempo pasado fue mejor.

A mi entender Ismael, es uno de esos poetas urbanos, de esos que siempre pone en sus letras lo que te ha ocurrido en la vida y lo que pasa por tu mente y nunca has podido escupir al aire.

La melancolía de sus letras son versos hechos música, me hacen conectarme con mi yo más puro, con ese que no sale en los medios, ni el que se presenta en sociedad.

Y es curioso, eso es lo que les pasa a mis clientes cuando vienen a mi consulta de Coaching Espiritual, sienten que pueden hablar conmigo de esas cosas que nunca cuentan a sus parejas, a sus amigos y a veces que ni tan siquiera se han atrevido a decirse en voz alta a ellos mismos.

Cada nota, cada palabra, cada sonido, es paz para mis sentidos, parece que lee mi alma y que se hubiera metido en mi cabeza, lo que consigue que me sienta protagonista de mi propia vida otra vez, que me conecte a mi esencia más ancestral.

Me recuerda que también fui joven, que tenía ganas de luchar, de cambiar el mundo, porque creía que era posible hacerlo.

Con sus canciones recupero a mi Beatriz reivindicativa, que estuvo siempre en contra de la sociedad, que estaba convencida que podía cambiar las cosas y que en la revolución estaba el secreto.

He de confesar que mi sangre vasca, se revoluciona y cuando le escucho, al mismo tiempo que leo las noticias, me gustaría salir a vengar al mundo, a intentar firmar la paz y a buscar un cambio en nuestra sociedad corrupta.

Pero después recuerdo que ya lo hemos intentado un millón de veces, que al final siempre ganan los mismos, que eres según dónde y cómo hayas nacido y que es mentira que todos somos iguales, ni tan siquiera a los ojos de Dios.

Aun así, seguiré escuchando “La Canción de nuestra Vida”, porque por unos instantes me hace sentirme viva y me recuerda que nunca es tarde para volver a empezar, para luchar por nuestros ideales y que debemos seguir creyendo que un mundo mejor es posible y necesario.




Noticias relacionadas