OPINION

Los otros uniformes del Turismo

José Luis Azzollini García | Lunes 02 de octubre de 2023

Recuerdo que al ir terminando los estudios de Turismo, el alumnado tuvo que agenciarse un uniforme pues para hacer las prácticas debíamos presentarnos correctamente uniformados ante la Dirección que nos acogería como estudiantes en sus establecimientos. Aún me veo y veo a mis compañeros y compañeras embutidos en aquel traje azul marino con chaleco y corbata a juego. La verdad es que estábamos elegantes.

Cuando ejerces como director de un establecimiento turístico, has de prever una partida para la uniformidad del personal que forma tu equipo. Cada departamento, suele tener su propio uniforme que les identifica nada más verlos. En esto de la uniformidad la cosa va por barrios y las empresas que se dedican a ello, lo saben perfectamente. Hasta tal punto lo sabe, que algunas de esas empresas, ya tienen hasta sus propios diseñadores que confeccionarán el atuendo que el cliente -el hotelero- demande para su personal. Esa es otra característica de la uniformidad: la diferenciación y estilo de cada marca. Esto lo sabe muy bien y lo llevan a rajatabla en las compañías de aviación, naviera, equipos deportivos y hasta las de competición automovilística; donde, hasta la presentación en sociedad de la nueva uniformidad, se lleva a cabo con asistencia de la prensa en actos normalmente espectaculares.

La uniformidad, cuando nos centramos en Turismo, normalmente nos indica, además de en qué compañía estamos fijando nuestro interés o curiosidad, el puesto de trabajo que desempeña cada cual dentro de ella. Así, veremos que no es lo mismo, identificar a una persona que trabaja en recepción, o atención al cliente, que cuando se trata de contactar con alguien del servicio técnico del mismo establecimiento. Cada cual deberá estar debidamente identificado. Esto es así, hasta el punto de que en un Centro hospitalario en el que tuve la oportunidad de trabajar como responsable de la hostelería, se suscitó un problema con la uniformidad que debíamos adquirir, pues lo normal era ver a todo el personal vestido de blanco, fuera del sector médico, enfermería o auxiliares. A esto se añadía en que las batas blancas, supuestamente usada por los médicos, también lo venía siendo por personal de otros servicios, además del sanitario. Tras un intenso trabajo entre el equipo de la subdirección administrativa (la formábamos tres miembros) y la subdirección de enfermería (formada por otros tres miembros), se llegó a un acuerdo de seguir usando el blanco como distintivo sanitario, pero identificando con ribetes de colores según se tratara de medicina, enfermería y equipo auxiliar de enfermería y técnicos de archivos. Para el resto del personal desaparecía el uso del blanco y usarían otros colores identificativos en las camisolas. ¡El uniforme, unifica, pero distingue entre equipos!

En Turismo, por seguir con el tema matriz, también rige el mismo principio: todo el personal del hotel, mantendrá los colores corporativos, pero diferenciará su departamento de trabajo, mediante el uso de prendas y/o aditamentos que claramente les identificará si desempeñan su labor como camareras de piso -perdón pero sigo negándome a lo de “las Kelly”- gobernantas, personal de recepción, camareros de restaurantes y/o bares, cocineros, jefes de departamento de restauración y cocina, servicios técnicos, seguridad propia o privada y hasta socorristas.

¿Tendremos perfectamente identificado a todo el personal que atiende al turista en una zona determinada? Bajo mi humilde opinión, creo que si nos quedáramos con el personal que está de puertas hacia dentro en los establecimientos hoteleros y restauración, seríamos muy injustos con la realidad que rodea al apasionante mundo del Turismo.

Para empezar, y siguiendo el orden de los profesionales que el turista va encontrándose antes de llegar a nuestros hoteles, o incluso una vez que están alojados, podríamos empezar por ese grupo de hombres y mujeres que le dan la bienvenida a la salida de las puertas de llegada en aeropuertos y/o puertos. Me refiero al grupo de guías. Su uniformidad será claramente visible, puesto que sus compañías así lo han diseñado. Han de ser captadas de forma fácil hasta por la persona más despistada que entra por esas puertas. La amabilidad, será otra parte importante del uniforme que presentan ante sus clientes.

Acto seguido, en la zona de parking, les estará esperando otro grupo de personas uniformadas con sus colores corporativos. Hablamos de los choferes de las guaguas que les transportarán a sus respectivos centros receptivos. También estarán los profesionales del taxi, pues hoy en día, el número de visitantes que hacen uso de sus servicios es cada vez mayor.

Una vez llegan a los hoteles y se acomodan, el personal uniformado del que he hablado en párrafos anteriores, les atenderá con su otro aditamento de su uniformidad: la amabilidad. Posiblemente mucha clientela saldrá a la calle a reconocer el lugar que han elegido para pasar sus vacaciones y se encontrarán con otro tipo de personal cuyo uniforme les dará una sensación de tranquilidad para que su estancia sea tan agradable como habían planeado. En este caso, me refiero a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Para entendernos, me estoy refiriendo a la Policía Municipal, a la Policía Nacional, la Guardia Civil y equipos de emergencia.

Este personal de seguridad no está pensado para la atención al turista tal si fueran guías de viaje o personal de las oficinas de turismo. Sin embargo, la inmensa mayoría del personal que nos encontramos en los paseos o estacionados cerca de los centros neurálgicos o circulando en carretera, llevarán a cabo una labor tan importante como el más eficaz profesional que atiende al turista de forma directa por estar en la definición de su puesto de trabajo. Cuando un turista pincha en carretera, o se siente perdido y alguien de la DGT, les atiende, estaremos ante una persona uniformada que estará llevando a cabo una labor tan gratificante como la que más, para consolidar el interés turístico en nuestras respectivas zonas. Cuando un equipo de ambulancias, atiende con diligencia el requerimiento de alguna urgencia, estaremos ante un personal uniformado que estará dando tranquilidad sanitaria al turismo y por ende, estará promocionando el turismo, tanto, como lo pueda estar haciendo la oficina de Turismo más activa. Cuando algún turista se ve implicado en alguna incidencia sea lo desagradable que sea, la policía, le guiará debidamente para ayudarle en su posible denuncia. Y, esa acción, también estará “haciendo Turismo”. Cuando algún turista se pierde en las montañas y el equipo de emergencias le socorre, están estrechando los lazos que les unen al Turismo. Cuando llega la partida y el personal de mostrador de aeropuerto resuelve con amable profesionalidad cualquier eventualidad con el equipaje, sin duda, hace promoción.

A todo ese “otro personal uniformado”, y desde estas líneas, mi gratitud y la esperanza de que el reconocimiento de la Consejería no tarde en llegar.


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