Los dos investigados hacían uso de los animales incautados parasu reproducción, debido a que se trataban, en su mayoría, de razas de alto valor en el mercado, como el gato esfinge o el lebrel afgano, que después vendían en la Península y en el resto de Europa.
El recinto carecía de cualquier tipo de autorización para ser usado como criadero y los animales presentaban evidentes signos de desnutrición, diversas patologías como laleishmaniasis, lesiones corporales, así como falta de identificación y vacunación. Todo ello en unas instalaciones insalubres que no cumplían con los requisitos de la Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales,
Cabe precisar además que, según se ha podido desprender de la investigación realizada, cuando los animales presentaban unestado de salud grave eran entregados a refugios o llevados a centros veterinarios donde algunos de ellos fallecieron debido al estado avanzado de la enfermedad.
Para llevar a cabo el operativo, la Policía Canaria contó con la atención sanitaria de facultativos veterinarios, voluntarios y personal de diferentes organismos entre los que destaca el Centro de Protección Animal ‘Tierra Blanca’ ubicado en Fasnia y gestionado por el Cabildo de Tenerife, que colaboró en el traslado de una gran parte de los animales.