OPINION

De eso se trata, de confusión

Juan Pedro Rivero González | Jueves 10 de agosto de 2023

Hay memes y memes. Algunos de ellos, por lo bien elaborado y la profundidad de su intención son verdaderos microrrelatos. Un discurso bajo la forma de una imagen y un par de frases cargadas de profundidad y fuerza. De uno que me acabo de encontrar en las redes sociales quisiera hablar en esta ocasión. Me refiero a una imagen en la que aparecen dos personas dibujadas. Uno un periodista y otro un usuario de los medios de comunicación. Este último le dice al primero: “Cuanto más leo la prensa, veo la televisión y escucha la radio menos entiendo lo que está ocurriendo”. El otro -que se puede asimilar a un periodista- le responde: “De eso se trata”. Un verdadero discurso sobre el derecho a la información, la responsabilidad de los medios de comunicación, y la posible manipulación que, a través de ellos, se puede estar generando en la población. Un discurso en una viñeta. Un meme evocador. Muy elocuente.

Este meme apareció gracias a la inteligencia artificial que te ofrece temas relacionados con tus búsquedas en la internet. Había estado ojeando la expresión irónica sobre los medios de información que son calificados por algunos como medios de confusión. En numerosas ocasiones ni los propios periodistas son conocedores de la verdad de los hechos y reciben de agencias internacionales -que no son muchas y están bastante centralizadas- las referencias informativas con las que elaboran las noticias que se emiten. No hace falta mucha perspicacia para suponer que detrás puede existir intenciones de que se diga y se repita algo de manera concreta. Se habla de que la tercera guerra mundial será una guerra económica y mediática. Y que la batalla se da ahora en los medios de comunicación. Por ejemplo, las imágenes que tenemos en nuestro imaginario colectivo sobre la guerra de Ucrania son las que nos ofrece la televisión. Son imágenes verdaderas, pero no son toda la verdad. Se filtran evidentemente para generar un estado de opinión. Hay interés en que las cosas se entiendan de una manera unilateral. Hay, por ejemplo, eventos de carácter internacional, que reúnen a un millón y medio de jóvenes en el Parque Tejo de Lisboa que no ha tenido referencia alguna en algunos medios de comunicación. No es que no sea una noticia, sino que no son remitido por los generadores internacionales de información que alimentan las redacciones de los informativos.

Ante este hecho, contra el que no podemos luchar porque las cosas son así, nos queda mantenernos en un espacio de espectadores con pensamiento crítico. Mantener la capacidad de discernimiento que nos ayuda a comprender que la realidad es distinta y más compleja que un comentario simple hecho en un momento determinado. Mantener despierta de duda, como capacidad de búsqueda de la verdad, cuando somos testigos de los medios. Ser agradecidos con los periodistas que se esfuerzan en contrastar las noticias y ofrecer posibles alternativas al pensamiento único dominante y mediáticamente presente. Una resistencia racional. Un esfuerzo intelectual por mantenernos sólidamente instalados en un deseo de verdad. Incluso comentar con humildad lo que hemos conocido en una expresión que no abandone nunca la actitud aproximativa. Todo eso puede ayudar -al menos a mí me ayuda- a no tragar ruedas de molino pensando que es agua limpia y cristalina. Porque, por ejemplo, es imposible que para algunos medios de comunicación la deuda externa de España sea del 130 % del PIB y para otros de 1,5%. Algo se nos a perdida por el camino del derecho a la información.

Recuerdo cuando se garantizaba en la sencilla conversación las cosas afirmando que “lo ha dicho la tele”. ¡Tiempos, tiempos!


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