OPINION

Sobrecapacidad

Julio Fajardo Sánchez | Miércoles 02 de agosto de 2023

Hoy 2 de agosto entramos en déficit ecológico. Es el día de la sobrecapacidad del planeta, donde empezaremos a quedarnos sin recursos naturales renovables. Me suena a maltusianismo, un retorno a ciertas teorías económicas de finales del siglo XVIII. No sé si en esa época te llamaban negacionista o te llevaban a la hoguera por poner en duda esas teorías, pero estoy seguro de que se disponía de menores medios para difundirlas y aterrar a la población diciéndole que se iba a morir de hambre.

Todo era muy científico, pero, como siempre ocurre, la ciencia se divide en dos: la que se dedica al alarmismo y la que trabaja para tratar de resolver los problemas. Afortunadamente Malthus no tenía razón, y a partir de aquel momento la sociedad fue a mejor, la evolución continuó con su camino imparable, se hallaron soluciones y avanzamos a un estado del bienestar que ni a soñar que se hubiera puesto el economista inglés.

Las cosas son así a pesar de que a muchos no les guste escucharlas. Se dice que en España necesitamos cuatro hectáreas per cápita para poder subsistir y yo no sé de dónde las vamos a sacar. Nos quedaremos sin los espárragos cojonudos, sin las naranjas valencianas, sin las verduras de la huerta y sin las aceitunas de los aceituneros altivos de Jaén. A fuerza de ponernos catastrofistas, las colas en el mercado serán mayores que las que se forman para ver a la siervita una vez al año, o quizá sea a ella a la que tengamos que rogar para salir de esta desgracia que se anuncia. Hoy es el día de la sobrecapacidad del planeta.

Cada vez que se celebra el día de algo siempre es el Corte Inglés el que gana. En este caso me imagino que será Mercadona, que siempre se llena de gente ansiosa de comprar cuando se anuncia que algo va a faltar. Antes se llevaban el aceite y ahora el papel higiénico. Nunca me he explicado por qué lo hacen. Lo de la lejía durante la pandemia lo entendí, porque era una recomendación de Donald Trump, pero lo del papel higiénico no se justifica a no ser que alguien piense que nos vamos a cagar de miedo, como vulgarmente se dice. No hay nada como fijar una fecha para que sea el día internacional de algo para acabar con ese algo.

Ojalá sea así y el planeta se recupere mientras suenan las batucadas por las calles. Este ambiente de terror nos acompaña en todos los acontecimientos que nos rodean; alguien se está encargando de animarlo aumentando el pesimismo. En los tiempos de Malthus, otros descubrieron que un tipo de abonos hacia multiplicar la producción agrícola y los crecimientos de población y de producción alimentaria volvieron a equilibrarse. No había supermercados donde ir a abastecerse absurdamente de papel higiénico y las cosas retornaron a su estabilidad.

Un mundo sin dioses nos lleva a perder la confianza. Ahora estamos en una de esas y hasta el papa dice que hay que renovar la fe porque perdemos la esperanza. No me extraña. En un mundo de influencers y youtubers todo puede ocurrir. Alguien se debe estar llenando los bolsillos a nuestra costa, porque el miedo siempre ha sido un negocio rentable. En la política lo tenemos a la vuelta de la esquina, y todo se basa en el terror de que gobiernen los otros, una forma muy particular de entender la democracia.

Ya saben, no se olviden, hoy es el día de la sobrecapacidad de la Tierra y se inaugura el déficit ecológico. Mañana no sé qué va a pasar. Por favor, no vayan a aprovisionarse de papel higiénico; piensen en que son los efectos de la ineptocracia que padecemos. Esto pasará. No se puede estar haciendo el tonto durante toda la vida.