LANZAROTE

Continua el desmantelamiento de la Policía Local de Yaiza

Miércoles 08 de marzo de 2023
Óscar Manuel Noda esconde sus pésimas gestiones, una tras otra, como si se tratara de muñecas rusas

Estamos en año electoral, y Óscar Manuel Noda lo sabe. Es la hora de volver a prometer, no de dar. ¿A quién le importará que existan 19 plazas vacantes en la Policía Local, o que tres vehículos nuevos, por valor de casi 100.000 euros, sigan guardados en una nave después de 2 años? No se equivoquen: lo que ahora importa e interesa es lo mismo que hace exactamente 4 años: discursos autocomplacientes y repetitivos que ya no convencen ni a Espinete, adornados con la típica sonrisa Profident propia de un héroe de Disney.

Si les dijéramos que la lista de despropósitos terminaba ahí, entraríamos en el pantonoso campo del embuste, ese con el que estamos siendo tan críticos, y que campa a sus anchas en el monolítico consistorio yaicero. El desinterés del primer edil con su Policía Local pasa también por la falta de entrega de vestuario y utillaje (la última vez que se les proporcionó uniformidad fue en el 2019), o unas dependencias oficiales que muchas veces huele a alcantarillado, y que otras hacen las veces de vertedero municipal. A todas estas situaciones insólitas habría que añadir la de otro vehículo policial híbrido, que lleva estacionado dos años en otra nave por un pequeño golpe, y que gracias a las reticencias del alcalde a ser arreglado, a su reparación habrá que sumarle el coste de baterías nuevas (en torno a 12.000 euros) por el absurdo lapso de tiempo que lleva inactivo, o el “parking” de las motos policiales: una escombrera al estilo Kosovo de los años 90, que hubo de ser fumigada ante la presencia de una plaga de pulgas.

El conjunto de estas situaciones tan extravagantes e insólitas ha generado la fotografía que impera en el Cuerpo de Policía Local: desinterés y apatía. Pretender que la seguridad ciudadana de varias decenas de miles de vecinos y visitantes, quede cubierta con la presencia de una única patrulla formada por dos componentes, es confundir el culo con las témporas.

Fruto de esta política manirrota, el SPPLB ha tenido que tomar cartas en el asunto acudiendo en varias ocasiones al juzgado. A día de hoy, todas nuestras pretensiones han sido acogidas por distintos órganos jurisdiccionales, sin que ello haya bastado para activar los termorreceptores del regidor de UPY-LAVA, y haciendo gala de esa incierta fama de orador dialogante, se haya sentado a conversar con los representantes de los trabajadores. No obstante, siempre hay tiempo para reconducir la situación, aunque mucho nos tememos que, tal y como ocurriera en marzo del 2019, Óscar Manuel Noda dispone de poco más de dos meses para contarnos las mejoras que va a acometer, y cuatro años para explicar por qué no quiso hacer nada.

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