ECONOMIA

La economía y el empleo se ralentizan mientras sube la recaudación de impuestos

Viernes 28 de octubre de 2022

No se trata de plantear escenarios ca- tastróficos sino de anticiparnos a la consecución de determinadas circunstancias. De hecho, si se anuncian, se pueden llegar a modificar los comportamientos hasta que se terminan por evitar o potenciar, dependiendo de lo que se plantee, evitando las denominadas profecías autocumplidas



El presidente de esta Confederación de Empresarios, D. Pedro Alfonso Martín, junto al director de consultoría D. José Miguel González Hernández, han presentado el Informe de Coyuntura de Canarias para el tercer trimestre de 2022.

Todavía no se puede hablar de recesión técnica en el Archipiélago canario, las expectativas de crecimiento económico para este año 2022 se sitúan en el entorno del 5,9%. Sin embargo, para 2023 todo parece indicar que la traslación de la ralentización e incluso caída de las principales economías europeas junto con la española impactaría de forma directa, aunque con retardo, sobre Canarias de forma que la tasa de crecimiento del PIB para 2023 se espera que se sitúe en el intervalo comprendido entre el 1,3% y el 3,3%, siendo el 1,5% las realizadas para la media nacional.

El turismo avanza en su recuperación copando mayor porcentaje del Producto Interior Bruto que los experimentados en 2019 aunque aún no se alcanzan los márgenes de prepandemia debido a que el tercer trimestre ha estado marcado por una intensificación del aumento de los costes operativos por encima de la recuperación parcial de precios, lo que ha lastrado la capacidad de mejorar los márgenes y resultados en la misma intensidad. Es decir, se ha captado el incremento de la demanda, pero sin poder establecer la totalidad del incremento del coste sobre los precios finales. No obstante, se percibe un positivo mejor comportamiento de los indicadores de gasto de la demanda extranjera, explicado por el aumento de los precios ante la necesidad de trasladar parcialmente a precios el aumento de costes.

En este sentido, ante previsiones de crecimiento continuado de la inflación, el reparto entre ganancias empresariales y salarios dependerá de las expectativas que las partes tengan sobre el comportamiento futuro de los precios. Y para comprender cuál va a ser la pauta que seguirá de- penderá de la eficacia de los instrumentos utilizados.

Ya en el trimestre anterior se dejó claro que la política monetaria iba a actuar con contundencia por parte de los dife- rentes bancos centrales. De hecho, la Reserva Federal de los Estados Unidos de América ya los sitúa para septiembre del presente año en el 3% tras haber es- tado situados en el 0% en marzo de 2020, tras haberse mantenido durante dos años en dichas cifras. De hecho, en solo seis meses se han experimentado cinco incrementos. En el caso del Banco Central Europeo, teniendo un tipo de in- terés nulo desde 2016, comenzaron a incrementarse a partir de julio de 2022, situándolos en octubre en un 2,00%. Hay que aclarar que todo parece indicar que seguiremos conviviendo con los incrementos de los tipos situando las ci- fras en el entorno del 5%. De hecho, teóricamente, deberían colocarse en el nivel de inflación, aunque este hecho es casi imposible que se dé.

Ahora bien, la eficacia de la política monetaria puede verse comprometida por la naturaleza de crecimiento de los precios, porque lo que podría haber sido válido para 2021, en 2022 puede que no lo sea tanto. La razón principal es que se ha pasado de tener una inflación provocada por la demanda a otra de origen de oferta. Se ha podido constatar como los precios solo dejan de crecer de forma impulsiva cuando hay incentivos fiscales que lo impiden. Este hecho ha significado que los diferentes niveles de la administración pública están cediendo hacia una disminución selectiva de determinadas figuras tributarias, tanto desde la perspectiva del alivio de la carga fiscal como de un crecimiento de la redistribución de rentas.

Pero ¿será suficiente? Sin querer evitar el debate, esto dependerá si la invasión de Ucrania por parte de Rusia sigue adelante tanto en el tiempo como en el espacio, no como hecho único, sino como un factor fundamental de desestabilización mundial. Eliminando esa variable, queda la evolución de la deuda soberana de los países, las políticas económicas impuestas y la vuelta a los ajustes fisca- les, los cuales todo parece indicar que volverán a aparecer en el año 2024.

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