OPINION

¿Tú descansas en vacaciones?

Beatriz Vilas | Jueves 07 de julio de 2022

Tras las vacaciones, son muchas las personas que acuden a realizar una consulta de coaching, cábala o terapia, ya que en este tiempo que debiera ser lúdico, muchas veces se convierte en todo lo contrario, siendo una tortura para algunos.

El salir de sus rutinas hace que den vueltas a sus vidas y se den cuenta que tal vez su día a día profesional no esté tan mal y que, el vacío existencial les llega cuando se sale de lo que ellos pensaban era su tortura, su trabajo.

Pero entonces se encuentran con la cruda realidad, teniendo que atender a diario a sus hijos, padres y familiares y sin poder descansar ni un segundo y esto se da sobre todo, si tienen la suerte de ser empleados en lugar de autónomos, esos animales sociales que no podemos permitirnos el lujo ni tan siquiera de desconectar, porque cuando regresamos de las deseadas vacaciones, el regreso es peor que no haberse ido nunca.

A todo esto, hay que añadir el hecho de que, parece ser que todos estamos más irascibles desde la pandemia y como decía una colega del despacho, tenemos “la mecha corta”, saltamos a la primera de cambio y no aguantamos el más mínimo reclamo.

Así que esas deseadas vacaciones se convierten en una terrible pesadilla donde tus más temidas pesadillas se hacen realidad y te das de cruces con tu realidad que, con las rutinas diarias de colegios y trabajos, queda camuflada.

Alguien dijo que el mundanal ruido de la familia y las obligaciones son lo que nos hace felices en el día a día, pero la realidad es que muchas personas vuelven más estresadas de sus vacaciones de lo que se fueron.

Esto es lo mismo que cuando alguien se encuentra mal emocionalmente y le recomiendan cogerse una baja por depresión y quedarse en casa y al poco tiempo de estar entre las cuatro paredes de su hogar, simplemente quiere cortarse las venas, porque ha salido de esas rutinas que, al principio le parecían tan claustrofóbicas.

Pero la realidad, queridos lectores es que los seres humanos tenemos una característica muy peculiar, nunca estamos contentos con lo que tenemos y a veces ni en vacaciones nos sentimos felices porque enseguida comenzamos a pensar, como hubiéramos estado mejor de lo que estamos ahora y en que realidad de “otros”,
seríamos más felices.

Esas deseosas vacaciones, en ocasiones se convierten en un mar de reproches a nuestras parejas, hijos o amigos, porque parecen aflorar nuestras frustraciones y nuestros sueños no cumplidos, llevándonos a una realidad que por desgracia nos hace infelices.
No obstante, tal vez haya otra forma de hacerlo y podamos conseguir que ese deseado descanso sea lo que debiera ser y nos colme de felicidad.

Tal vez, si nuestras expectativas no fueran tan elevadas e intentáramos hacernos la vida más sencilla los unos a los otros, todo sería más fácil y nos acercaríamos a ese bucólico sueño, en el que descansamos de las cargas diarias y de todos los conflictos que nos rodean.

Solo es una cuestión de ser conscientes de la simplicidad de la vida, del placer de disfrutar de los pequeños instantes y de pedir ayuda a los que nos rodean, pensando en hacer felices a los demás en lugar de hacernos felices a nosotros mismos.

Simplemente deberíamos recordar el placer de vivir una vida con sentido en lugar de maltratarnos diariamente luchando contra nuestras propias vanidades y nuestros egos.

Estoy convencida de que solo consiste en intentar hacer todo más sencillo y hacer que esa ‘mechas’ cada día sea más larga y no saltemos a la primera de cambio, porque en quejas y suspiros se nos va la vida.

Y tú querido lector, ¿decides descansar estos días?


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