Hay conspiraciones en mayúsculas como la del 11-S, la de la tierra plana o la de que el hombre no pisó la luna. Pero también hay cuestionamientos de temas menores.
Un conspiranoico busca una explicación acorde a sus patrones propios que le haga entender la realidad. Pretende reducir la disonancia cognitiva, esto es, el malestar que sufrimos ante dos pensamientos contrapuestos. Solemos optar por la justificación para aliviar ese malestar. Por ejemplo, el fumador sabe que fumar perjudica su salud pero lo justifica porque le desestresa.
Teniendo una connotación peyorativa, últimamente se ha extendido, de manera intencionada el ámbito del término comspiranoico. Con él y con el de negacionista se descalifica a quien no obedece a pie juntillas.
El número de conspiranoicos o negacionistas es inversamente proporcional a la solidez de los argumentos oficiales.
Pero ¿qué pasa cuando, con el tiempo y nuevos descubrimientos, la versión oficial cambia? Entonces ¿los conspiranoicos se muestran como avanzados en el tiempo?
Se ha aprobado el Reglamento sobre el Pasaporte Covid europeo. En la fase de comentarios y alegaciones, el Diputado al Parlamento Europeo y exministro Juan Fernando López Aguilar se ha hecho suyos argumentos negacionistas al reconocer que la existencia del Pasaporte Covid no demuestra eficacia alguna en la lucha contra la propagación del virus. Continúa diciendo que es una medida injustificada y desproporcionada prohibir el acceso a bares, restaurantes y hoteles.
Pfizer quita protagonismo a los conspiranoicos al reconocer que la inmunidad natural funciona y que existen efectos secundarios importantes de sus vacunas para el corazón.
Cual conspiranoico que se precie, el Tribunal Constitucional primero calificó de ilegales los confinamientos y la pérdida de derechos y libertades dictadas por un juez con la excusa de la pandemia, después. Entre otros, el Pasaporte Covid.
Tras un negacionista puede haber un lunático o también alguien que ha hecho los deberes y, antes de actuar, ha llevado a cabo una profunda reflexión.
Cuidado con tachar a la ligera a alguien de conspiranoico. No se debe frivolizar con su uso. Tras ese término se está etiquetando a alguien de paranoico y la paranoia es una enfermedad mental muy seria.
Yo, que me lo cuestiono casi todo, tengo una duda muy de las grandes teorías de la conspiración: la del 11-S. Y es que me gustaría saber cómo pudieron caer tres edificios cuando solo colisionaron dos aviones.
No es conspiración; es tener espíritu crítico e intentar buscar una respuesta lo más objetiva posible. Háganse preguntas, les llamen o no conspiranoicos. Lo contrario es pasar de puntillas por la vida. Su vida.