Según el último informe de Puertas Abiertas, organización que sirve a los cristianos perseguidos, el desplazamiento de los cristianos de sus hogares y comunidades es una estrategia deliberada de persecución religiosa, diseñada para erradicar la presencia cristiana en las regiones donde la persecución es más intensa
Las conclusiones de Puertas Abiertas han sido publicadas en The Church on the Run: IDP & Refugee Report 2022 coincidiendo con el Día Mundial del Refugiado, en un momento en el que se estima que hay 100 millones de desplazados en el mundo. En este informe se analiza el alcance y la naturaleza de la persecución religiosa que sufren los desplazados internos y los refugiados.
Helene Fisher, especialista en persecución por razón del sexo de Puertas Abiertas, indica: «Para poder tener una panorámica completa de la persecución religiosa tenemos que mirar tanto a la iglesia local como a la iglesia desplazada».
«Parte de esta estrategia deliberada consiste en fracturar a las comunidades religiosas. El desplazamiento no es sólo una consecuencia de la persecución, sino, en realidad, en muchos casos es parte de un plan intencionado más amplio para eliminar al cristianismo de una comunidad o de un país».
Al hilo de esto, otros hallazgos clave son:
Eva Brown, analista de persecución de Puertas Abiertas, añade: «La persecución extrema no necesariamente se detiene una vez que el individuo huye. Los cristianos que se ven obligados a escapar pueden ser objeto de persecución en cualquier momento, incluso si se asientan en un país que consideran seguro».
«En algunos casos, los gobiernos e incluso las organizaciones internacionales, aunque con buenas intenciones, pueden terminar siendo cómplices de la intensificación de la discriminación contra los cristianos desplazados. Por ello, es vital concienciar acerca de la vulnerabilidad que sufren y que engloba varios niveles, con el fin de atender mejor las necesidades de desplazados internos y refugiados marginados».