SOCIEDAD

Puertas Abiertas constata que el desplazamiento de los cristianos es una estrategia deliberada de persecución religiosa

Lunes 20 de junio de 2022

Según el último informe de Puertas Abiertas, organización que sirve a los cristianos perseguidos, el desplazamiento de los cristianos de sus hogares y comunidades es una estrategia deliberada de persecución religiosa, diseñada para erradicar la presencia cristiana en las regiones donde la persecución es más intensa



Las conclusiones de Puertas Abiertas han sido publicadas en The Church on the Run: IDP & Refugee Report 2022 coincidiendo con el Día Mundial del Refugiado, en un momento en el que se estima que hay 100 millones de desplazados en el mundo. En este informe se analiza el alcance y la naturaleza de la persecución religiosa que sufren los desplazados internos y los refugiados.

Helene Fisher, especialista en persecución por razón del sexo de Puertas Abiertas, indica: «Para poder tener una panorámica completa de la persecución religiosa tenemos que mirar tanto a la iglesia local como a la iglesia desplazada».

«Parte de esta estrategia deliberada consiste en fracturar a las comunidades religiosas. El desplazamiento no es sólo una consecuencia de la persecución, sino, en realidad, en muchos casos es parte de un plan intencionado más amplio para eliminar al cristianismo de una comunidad o de un país».

Al hilo de esto, otros hallazgos clave son:

  • Los agentes más comunes que propician el desplazamiento de los cristianos son las familias, seguidas por los funcionarios gubernamentales, miembros de la comunidad local y grupos religiosos violentos. Las familias tienen la capacidad de privar de las necesidades básicas de supervivencia, como la comida o el refugio, así como de amenazar o violar la seguridad física, a lo que se suma la presión diaria que sufren los conversos al cristianismo; en algunos casos, la amenaza de muerte convierte en necesaria una vía de escape rápida.
  • Los desplazados internos y los refugiados cristianos no siempre dejan atrás la persecución cuando huyen de sus hogares y comunidades, sino que continúan enfrentándose a la hostilidad y la opresión en los lugares de desplazamiento, así como a la inseguridad física y la violencia psicológica.
  • Otros factores de vulnerabilidad, como la edad, el sexo, el trasfondo religioso y el origen étnico, pueden influir en la vida de los cristianos desplazados y en el nivel de persecución que enfrentan.
  • El impacto a largo plazo de los desplazamientos puede cambiar drásticamente la realidad de un país durante generaciones. Por ejemplo, en Irak había más de millón de cristianos antes del ascenso de Saddam Hussein al poder; ahora solo quedan 166 000. El número de cristianos disminuyó durante su gobierno, pero la persecución aumentó considerablemente después de 2003 y la opresión llegó a su nivel más alto en 2014, coincidiendo con el ascenso del ISIS.

Eva Brown, analista de persecución de Puertas Abiertas, añade: «La persecución extrema no necesariamente se detiene una vez que el individuo huye. Los cristianos que se ven obligados a escapar pueden ser objeto de persecución en cualquier momento, incluso si se asientan en un país que consideran seguro».

«En algunos casos, los gobiernos e incluso las organizaciones internacionales, aunque con buenas intenciones, pueden terminar siendo cómplices de la intensificación de la discriminación contra los cristianos desplazados. Por ello, es vital concienciar acerca de la vulnerabilidad que sufren y que engloba varios niveles, con el fin de atender mejor las necesidades de desplazados internos y refugiados marginados».


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