Rafael Nadal ha conquistado al público de París. Es la última etapa de una larga relación con la grada de Roland Garros forjada a lo largo de 17 años de cortejo. Los espectadores de la ciudad de la luz han acabado por rendirse a los pies del rey de la tierra batida
A medida que el jugador mallorquín ha dejado entrever que sus participaciones en el Grand Slam donde ha cimentado su leyenda están contadas, los aficionados parisinos han ido aumentando las dosis de apoyo a Nadal. La cumbre del idilio se vivió en los cuartos de final de este martes, contra el serbio Novak Djokovic, cuando la grada se convirtió en un guión de cine: el bueno contra el malo. Los asistentes coreaban el nombre de Nadal, mientras abucheaban algunos gestos del serbio, que, en señal de descontento, ni siquiera saludó al público cuando abandonaba la pista.
"Saben que no voy a estar aquí mucho tiempo más, y el hecho de jugar en este lugar tan importante para mi carrera y comprobar el apoyo de los espectadores, es algo muy especial", dijo el tenista balear, con cierta emoción, tras derrotar a su eterno rival.
Trece títulos y sus numerosas gestas en la pista han acabado por conquistar a un público que, allá por 2005, veía desembarcar a un jugador de otra era, vestido como un pirata, con las mangas recortadas y el gesto agresivo, y que no fue acogido con demasiados mimos. Rafa Nadal revolucionó muchos aspectos del circuito y, sobre todo, aportaba en la pista un descaro poco visto. El público lo acogió con cierta frialdad, cuando no con animadversión. No gustan los tenistas que aplastan a sus rivales porque, entre otras cosas, acortan la duración de los partidos.
Nadal, por aquel entonces, apenas hablaba inglés, pero fue cortejando a los franceses. A medida que su calidad reinaba en la pista, el tenista fue dejando caer frases en el idioma de ese país y, siempre tuvo palabras de agradecimiento al público. Incluso cuando aplastaba al ídolo local, Richard Gasquet.
Durante años, la relación entre Nadal y la grada del Roland Garros estuvo marcada por la preferencia nada disimulada de los aficionados galos por el suizo Roger Federer. Las sucesivas victorias que Nadal obtuvo ante el que fuera el primer gran adversario de su carrera no fueron la mejor manera de conquistar los corazones del público parisino. Para colmo, a medida que Nadal iba amasando títulos, los espectadores reclamaban que alguien cogiera el relevo del mallorquín y no dudaban en apoyar a los rivales del jugador nacido en Manacor.
"Al principio costó más", reconocía hace unos años Nadal, quien recordaba que, en 2009, cuando sufrió su primera derrota frente al sueco Robin Soderling, notó a faltar algo de respeto por parte de la grada. Sin embargo, nada de eso perturbó al jugador, que siguió dejando caer frases en francés y prosiguió con su forma de ser, humilde, sin exteriorizar ninguna protesta en la pista.
Finalmente, los aficionados franceses han acabado por darse cuenta de que asisten a un momento excepcional de la historia del torneo, con un tenista que se resiste a abanadonar la senda de la victoria pese a las lesiones que merman su estado físico. Nadal ha sabido adaptarse como nadie a las condiciones que exige participar en un Grand Slam de las características del Roland Garros, y ha sido capaz de alcanzar y superar límites que hasta ahora no se conocían.
"El público aprecia la historia que me une a este torneo. Saben que para mí es la competición más importante de mi carrera y que he tenido un comportamiento adecuado en todos los sentidos, a nivel de lucha y a nivel de quejas", explicó recientemente Rafa Nadal. Igualmente, señaló que los espectadores galos "aprecian el esfuerzo que llevo haciendo todos estos años, y son conscientes de que he dejado todo en estas pistas". Para Nadal, el apoyo de la grada "significa mucho, es muy emocionante"
¿Será este el último Roland Garros de Rafa Nadal? El tenista ha prometido hablar de este tema cuando acabe su participación este año. Entretando, la grada tendrá, al menos, una nueva oportunidad de aclamarle. Será este jueves, 2 de junio, el día de su cumpleaños, en la semifinal contra el alemán Alexander Zverev.