El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este martes una prohibición para la importación de petróleo, el gas y el carbón procedente de Rusia, asumiendo que puede haber otros aliados que, como los europeos, no pueden tomar aún una medida de este calibre
Estados Unidos es menos dependiente que Europa de la energía de Rusia, ya que el petróleo procedente de este país apenas representa el 3 por ciento de todos los envíos, según datos oficiales.Por su parte, la Comisión Europea ha presentado este martes una propuesta para reducir dos tercios las importaciones de gas ruso anualmente y lograr el objetivo de cortar la dependencia del mercado comunitario de los combustibles fósiles rusos en 2030, en respuesta a la ofensiva del Kremlin en territorio ucraniano y los riesgos que presenta para el mercado energético comunitario.
Para alcanzar este objetivo, el Ejecutivo comunitario se ha planteado una hoja de ruta que incluye la diversificación del suministro para evitar a aquellos proveedores que puedan contribuir a la inestabilidad en el mercado como Gazprom, la coordinación entre Estados miembros para que las reservas de gas estén al 90% en octubre de cada año, acelerar la adopción de combustibles renovables para sustituir al gas y reducir el impacto de los altos precios de la energía en los consumidores.
La propuesta evidencia que entre enero y febrero, la UE ha asegurado el suministro de gas para este invierno y pone sobre la mesa que puede importar 500.000 millones de metros cúbicos más de gas natural licuado de proveedores como Qatar, EE UU, Egipto o el este de África, anualmente.