Vladímir Putin no lo está teniendo fácil para doblegar al Ejército ucraniano, cuyos soldados y voluntarios están plantando una resistencia feroz a las acometidas de las tropas rusas
Tanto es así que Ucrania ha informado, en el balance de guerra de este domingo, de la muerte de más de tres mil efectivos de las fuerzas del país invasor, la captura de unos 200 prisioneros y la destrucción de un importante contingente de armas y equipamientos bélicos.
En concreto, según las fuentes del Gobierno ucraniano, el Ejército ruso ha perdido ya, desde el inicio de la invasión, el pasado jueves, un total de 16 aviones, 102 tanques, 540 carros blindados y 18 helicópteros.
En estas acciones de resistencia están tomando parte miembros de las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania, además de la Guardia Nacional y los cuerpos de Policía del país, si bien también la población civil se ha sumado a este numantino esfuerzo para evitar que los invasores controlen definitivamente la capital, Kiev.
En este sentido, Ucrania ha dado cuenta también de que en esta cuarta jornada de enfrentamientos, sus soldados están manteniendo las posiciones en Kiev, y resistiendo las acometidas enemigas, a pesar de la actuación de grupos de sabotaje rusos que, este sábado por la noche, han tratado de dinamitar la capacidad de resistencia del territorio invadido.
La versión del desarrollo de la guerra facilitada desde el Kremlin cuenta una historia bastante diferente. Según Rusia, las fuerzas militares enviadas por Putin están consiguiendo doblegar a sus oponentes y han procedido ya a la destrucción de casi mil objetivos militares, entre los que cabe destacar 23 centros de mando, 48 radares y 31 sistemas antiaéreos.
Al mismo tiempo, el Ejército ucraniano habría sufrido la pérdida de 223 tanques, ocho aviones, siete helicópteros, 143 carros blindados, 86 unidades de artillería, 39 lanzacohetes y 11 drones, entre otro material bélico.