La propuesta de modificación de la norma que regula las condiciones laborales y la calidad de empleo avanza entre varias aguas. La gran patronal, sindicatos y gobierno se han puesto de acuerdo en la modificación de una ley que impulso Rajoy y que ha mostrado su fortaleza en la recuperación del empleo que siguió a la crisis económica y laboral de 2008 que ha dejado devastado el tejido productivo
Los equilibrios parlamentarios van a inclinarla hacia una u otra redacción. Por un lado, Ciudadanos se ha ofrecido a apoyarla si se modifican determinados aspectos. Por otro, independistas catalanes y vascos, socios preferentes del Gobierno, plantean su apoyo si median dádivas especifica. Para muestra, las declaraciones del inefable Rufián, afirmando que si Yolanda Díaz cierra la reforma laboral con la CEOE y Ciudadanos, el coste puede ser muy grande.
En otro orden de cosas, la ministra que la aprobó está en labores de asesoría de la Patronal que bendice su modificación. Al parecer el pequeño empresario y el autónomo le provoca incertidumbre y le aumenta las cargas.
Todos quieren rentabilizar la imagen pública de una norma que hoy está sirviendo para crear empleo y cuyas modificaciones quedan al albur de los intereses entre las cúpulas de formaciones que la utilizan como moneda de cambio para generar el relato que más les interesa.
La iniciativa la puso en valor Yolanda Díaz. Sánchez, la adoptó para frenar las múltiples crisis de opinión pública provocadas por ministro a título personal y la utiliza para arengar a sus bases en las reuniones de partido. En general, genera tantos apoyos como reticencias. De hecho pone a prueba las costuras de la coalición radical social-comunista-independentista.
Ojalá la norma que resulte sirva para continuar produciendo empleo y que mejore su calidad. Sin embargo a los ciudadanos no les resulta fácil comprender que la mejor reforma de la ley que regule la calidad y la cantidad de su empleo navegue entre los intereses del independentismo y del liberalismo para salir, ellos y solo ellos, más reforzados. No, no resulta fácil
La norma, con un preámbulo de cariz claramente político, está en el candelero y las novedades del Real Decreto-ley de medidas urgentes aprobado por el gobierno da la sensación que tiene como objetivo prioritario salir políticamente reforzado.
Esta forma de hacer política no refuerza la confianza de los ciudadanos en su clase política; esperemos que las consecuencias finales sean favorables para el fin que se dice que busca, favorecer a los trabajadores. Buen finde