OPINION

Renovar para que todo siga igual

Agustín Buades | Domingo 17 de octubre de 2021

Esta semana ha saltado a los medios de comunicación el acuerdo del PSOE y PP para repartirse algunos cargos institucionales como el defensor del pueblo o el tribunal de cuentas.

Lo de la separación de poderes se ve que no lo tienen claro después de más de 40 años de democracia. Los dos partidos se dedican a repartirse los cargos como si de una baraja de cartas se tratase. Yo pongo a este aquí y te dejo poner a aquel allí y así nos cubrimos las vergüenzas y las corruptelas. Y todo burlando el congreso en donde todos los partidos deberían consensuar los nombres ,y si no son capaces,que se vayan a sus casas al no ponerse de acuerdo con las personas adecuadas para esos cargos.

Un verdadero reparto de cromos al más puro estilo de patio de colegio en donde el PP blanquea a un gobierno social comunista que existe gracias al apoyo de independentistas y herederos de ETA.

El otro día oí por la tv como un diputado de este partido indicaba que estaban instalados en la templanza política. Como pueden estar instalados allí si no saben que la virtud de la templanza se sostiene en la virtud de la fortaleza en sus convicciones e ideología política. Botón de muestra lo de la convencón del PP en donde no se oyó que cuando gobernasen de derrogarian la ley del aboro y de la eutanasia. Se han rendido en la batalla de la ideas y por eso su templanza más parece cobardía o falta de convicciones que otra cosa.

Pero lo más irritante es que en este juego de cambio de cromos o de tronos, la renovación del Tribunal Constitucional servirá para que todo siga igual.

Hace ya 11 años que se presentó el recurso por parte del PP contra la ley del aborto. Había una sentencia en el seno de este alto tribunal que tumbaba dicha ley ajustándose a otras sentencias anteriores y jurisprudencia del mismo tribunal, pero volverá al cajón para otros once años ya que el ponente que la redactó debe ser renovado.

No sólo hay que renovar sino también poner a magistrados más ágiles y sobre todo valientes, que no miren tanto los tiempos políticos o la presión mediática, como el bien común y una justa aplicación de los derechos fundamentales.

En definitiva, asistimos a un nuevo paripé político donde el renovar sirve para que todo siga igual.


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