OPINION

Septiembre sin un céntimo

Francesca Jaume | Lunes 16 de agosto de 2021

Ríanse ustedes de la cuesta de enero. La indecente subida del precio de la electricidad provocará estragos en la población antes de que empiece el próximo mes de septiembre. Y ello se notará de manera especial en las familias que ya han empezado su inmersión en el maravilloso (ironía) mundo de la vuelta al cole.

No sólo está el precio que nos cuesta el consumo eléctrico doméstico y llenar el depósito del vehículo. Los empresarios -pequeños, medianos y grandes- ya han avisado de la inminente repercusión que tendrá la subida de la electricidad y del combustible de transporte en todos los precios finales porque la producción y transporte de bienes y servicios ahora cuesta mucho más. Nos espera una inflación formidable que supondrá que las familias pasen auténticas penurias.

Después de un año en que un elevadísimo porcentaje de la población se ha visto abocada a percibir el 70% de su salario a través de los ERTEs (sin que hayan disminuido sus gastos básicos), la subida de precios que ya está provocando el “tarifazo” y la tiranía de las petroleras es, disculpen la expresión, un manteo a aquel que ya está en situación moribunda.

La medida que llevó a cabo el ejecutivo estatal de reducción del IVA al 10% hace unas semanas es, además de temporal, totalmente insuficiente y anestesiante. En primer lugar, como casi siempre que se lleva a cabo una acción de este tipo (como por ejemplo el descuento de residente) lo único que supone es un falseamiento del funcionamiento del mercado a favor de quien tiene la opción de seguir elevando precios, y, en segundo término, esta reducción está pensada para ser aplicada al ámbito doméstico pero no para todos aquellos negocios que, por necesidad, tienen contratada una potencia superior a los 10 KW, con lo que la repercusión de la electricidad sobre los precios de consumo no se ha solucionado.

Y, sobre todo, el coste de la insularidad será más elevado que nunca.


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