OPINION

El Mindfulness Corporativo

Carlos López | Martes 27 de julio de 2021

La lectura de una serie de artículos sobre las quejas de los abusos de las jornadas laborales por parte de empleados “juniors” de una consultora internacional (una big four) y la apropiación (indebida?) del Mindfulness y la meditación por parte de la gran empresa y de su nueva cultura me ha hecho reflexionar sobre este asunto.

Puede ser que todo esta moda del mindfulness corporativo lo empezase el conocido Steve Jobs cuando en los 70 y tras un viaje a la India volvió a Apple con la cabeza rapada y con un “look” budista y empezó a implantar prácticas novedosas como la meditación durante la jornada laboral. Ciertamente es desde Silicon Valley y sus empresas tecnológicas, como Google, donde se ha incorporado a la cultura empresarial toda una serie de adaptaciones sobre el autoconocimiento, la inteligencia emocional de David Goleman, la meditación y el mindfulness. Como la mayoría de veces ocurre en el mundo corporativo el resto de las empresas occidentales han “copiado y pegado” estas tendencias. En España, el mindfulness corporativo en las grandes compañías es una realidad. Según informa el Observatorio de Recursos Humanos (ORH) la mayoría de las grandes empresas que lideran la contratación en España disponen de este tipo de iniciativas como talleres de formación en mindfulness, espacios de silencio para la meditación o la práctica de la alimentación consciente.

Cómo interpretar el verdadero interés de la gran empresa en que su empleado adopte este tipo de conocimientos y hábitos es muy interesante. No cabe duda, y en mi opinión es muy loable, que la empresa desee el bienestar de su empleado porque de esta manera aportará más valor a la empresa, clientes y compañeros. Qué duda cabe que un empleado equilibrado, sano, feliz es el empleado ideal para cualquiera. El problema viene de aquellas empresas gigantes atrapadas en un sector condenado a la transformación y que su único objetivo es la cotización en bolsa o la rentabilidad anual como podría ser el caso de la banca o de la consultoría internacional. Muchas de ellas recitan un propósito, misión y visión que es más una acción de marketing que algo auténtico. Creo que son precisamente algunas de estas empresas las que “copian y pegan” estas tendencias importadas de USA cuyo objetivo es que la empresa cumpla sus objetivos de rentabilidad gracias al mantenimiento o incluso mejora de la productividad de sus empleados.

Es incuestionable el ritmo al que se mueve el mundo impulsado por la tecnología exponencial y la incertidumbre continua a la que se enfrentan empresas y trabajadores además de la exigencia de nuestra sociedad actual. En este entorno es muy difícil por no decir imposible no sufrir estrés. Como ya he dicho me parece muy bien que las empresas proporcionen herramientas para que sus empleados gestionen el estrés lo que es muy diferente es como lo enfoque la empresa. Lo que algunas corporaciones hacen es venderle al empleado la película de que la razón de que esté estresado es su falta de conocimiento y gestión personal y por eso, pensando en su bienestar, le proporcionan las herramientas necesarias. Lo hacen sin un ápice de autocrítica sobre sus exigencias hacia el empleado, de sus jornadas de 80 o 95 horas semanales, de los imposibles plazos de entrega, de la infinita bandeja de entrada de emails. En definitiva, el mensaje que les trasladan es que el problema está en el empleado y no en el modelo de negocio de la empresa o incluso en el sistema. Esto es lo que me parece peligroso, que las empresas de este tipo utilicen el mindfulness y cualquier herramienta de autoconocimiento y gestión personal solamente para conseguir su único objetivo de la rentabilidad.

En mi opinión la vida es un viaje donde las personas vamos madurando y creciendo a todos los niveles y que la empresa donde desarrollas tu trabajo y en definitiva una parte de tu vida, apueste por proporcionar al empleado herramientas para mejorar como persona y profesional me parece perfecto siempre y cuando exista coherencia entre lo que se predica y lo que se hace. Como gran defensor de todas las prácticas que nos proporcionen un mayor conocimiento personal y la promoción de estas herramientas en el seno de la empresa, espero y deseo que el mal uso que le puedan estar dando algunas corporaciones no interrumpa el camino necesario hacia un modelo de empresa donde el bienestar del empleado es su principal ventaja competitiva.