TRADICIONES

Santa Úrsula muestra a la ciudadanía la centenaria técnica textil de la roseta

Martes 18 de mayo de 2021
La exposición sobre la antigua labor de aguja puede ser visitada hasta el 30 de mayo en el Espacio Cultural Casona de San Luis, donde también se dan cita las obras del XII Concurso de Artesanía Canaria

El Espacio Cultural Casona de San Luis de Santa Úrsula ha acogido esta mañana la presentación de dos exposiciones con las que se pretende difundir el valor de las manifestaciones artesanales que han pasado de generación en generación. Se trata, por un lado, de la muestra "La Roseta de Tenerife. Propuesta BIC", y, por otro, de la exposición de obras participantes en el XII Concurso de Artesanía Canaria que organiza el Ayuntamiento de Santa Úrsula.

La presentación ha contado con la asistencia del alcalde de Santa Úrsula, Juan Acosta Méndez; la directora insular de Desarrollo Socioeconómico del Cabildo de Tenerife, Ermitas Moreira García; el gerente de la Empresa Insular de Artesanía, Ricardo Cólogan Ruiz, y el concejal de Cultura y Fiestas, José Feliciano López Hernández.

El alcalde santaursulero ha agradecido la colaboración del Museo de Artesanía Iberoamericana de Tenerife (MAIT) por dejarles acoger esta interesante muestra sobre la roseta, que permitirá a vecinos y visitantes conocer la belleza de este tipo de encaje que es una de las labores de aguja más antiguas y representativas de Tenerife, si bien los trabajos con rosetas han ido desapareciendo, especialmente en la zona norte de la Isla, donde antaño era una labor muy practicada.

Asimismo, el regidor se refirió a la exposición del XII Concurso de Artesanía Canaria que organiza el Ayuntamiento de Santa Úrsula y en el que participan cerca de una treintena de artesanos de Tenerife con diferentes especialidades, como cestería, calado, bordado, rafia o madera, entre otras. "Llevamos ya una trayectoria de 12 años -agrega- y en cada edición la participación ha ido en aumento. No solo buscamos que los oficios tradicionales no caigan en el olvido, sino que queremos implicar a las nuevas generaciones para que conozcan el legado artesanal de las islas, para que creen, innoven y mantengan vivas estas manifestaciones de la cultura popular canaria”.

"La Roseta de Tenerife. Propuesta BIC" consistirá en la exposición de distintas rosetas de Tenerife, unas aplicadas a la tela y otras ya en el paño completo. También se mostrarán los distintos materiales que se utilizan: hilos, agujas, dedales, diferentes tipos de piques (almohadillas) y moldes distintos. Asimismo, se expondrán piezas de diferentes países de Iberoamérica.

A este respecto, Ermitas Moreira puso de relieve durante su intervención la importancia que reviste el mostrar y dar a conocer a la ciudadanía los diferentes oficios tradicionales que se desarrollan en Tenerife, como la mejor manera de ponerlos en valor y preservar técnicas y prácticas artesanales cuyo origen, en muchos casos, se remonta a hace varios siglos.

La directora insular de Desarrollo Socioeconómico aludió el trabajo que se lleva a cabo desde el Cabildo, en colaboración con los ayuntamientos de la Isla, para consolidar la tradición artesana. Así, mencionó la roseta, una centenaria técnica textil para la que se busca su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), un reconocimiento que contribuirá a evitar su desaparición.

La roseta

La roseta forma parte de una de las manifestaciones más antiguas del arte textil que aún hoy se conservan vigentes y en la que se sigue trabajando con las mismas características que en el pasado. Los antecedentes directos son los trabajos de deshilado que se hacían en algunas zonas de la Península, como en Cáceres, Astorga o Salamanca, y que en la actualidad permanecen vigentes en Adeje, Arona, Vilaflor, La Orotava, Granadilla o La Laguna, tras haber desaparecido de otras zonas de la isla donde se elaboraban desde finales del siglo XIX y principios del XX. En Lanzarote también se ha seguido manteniendo hasta la actualidad y ha sido trabajada por un gran número de roseteras que han dejado su legado a las nuevas generaciones.

Desde el siglo XVI, la roseta se ha practicado en la Isla, y es demandada desde países como el Reino Unido o Francia. En los comienzos era un trabajo realizado para el consumo familiar, pero con la implantación de casas comerciales del Reino Unido llegó a convertirse, junto con el calado, en una industria a gran escala. Su conocimiento y técnica se transmitían de una generación a otra, y esto ha hecho posible que su confección se conserve aún viva. A partir de 1940 se potenció en toda España el trabajo del encaje de cara a la comercialización, con la organización de talleres donde se enseñaron las formas y los estilos de cada lugar. Posteriormente, el fomento de la roseta estuvo en manos del Ministerio de Cultura y de otras entidades cuyas iniciativas se decantaron por organizar cursos de diseño, exposiciones, ferias y congresos, publicaciones, premios de investigación, apertura de centros de venta y museos. Y es ahí donde aparece el trabajo del Cabildo de Tenerife, así como de los ayuntamientos de la Isla y de otras administraciones. Es por ello que, al igual que en otras formas del patrimonio cultural inmaterial, el objetivo de la salvaguarda consiste en garantizar que esos conocimientos y técnicas, que están en manos de mujeres mayores de 70 años, se transmitan a las generaciones venideras, de modo que se sigan practicando.

La petición del reconocimiento de la Roseta como Bien de Interés Cultural (BIC) es una forma de salvaguardar la técnica y producción de esta actividad artesanal, reconocida a nivel mundial. Es la mejor manera de valorar, proteger, conservar y transmitir el trabajo de la roseta a generaciones venideras.

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