Este mes de mayo ha comenzado convulso.
Elecciones en Madrid, comunidades que tienen que tomar decisiones autonómicas, porque el gobierno ha decidido quitarse el muerto de encima y pasarlo a las autonomías y un sinfín de sinsabores que hacen que el comienzo de este incipiente verano, llegue cargadito de conflictos.
Y sobre todo, en el entorno empresarial, muchos nervios, enfados y dolores de cabeza.
Cada día veo empresas que se cierran, empresarios que me dicen que ya no saben cuánto tiempo más podrán aguantar esta situación y problemas económicos.Pareciera que solo el sector turismo está afectado, no obstante en nuestras queridas islas, todos somos turismo.
Las empresas de formación y consultoras, nos hemos visto terriblemente afectadas por esta dichosa pandemia.
Y da la sensación que nuestro gobierno, ve la solución en subir los impuestos y apretarnos más y más.
¿No se dan cuenta que los autónomos y pequeños empresarios ya no podemos más?.
La presión a la que estamos sometidos es tan grande que la crispación se siente en las calles.
A diario escucha a colegas que me dicen: “ya no puedo más”, “no sé cuánto tiempo más podré soportarlo” y esto es un día y otro también.
Es realmente complejo ver cómo nuestros políticos juegan con nuestras vidas, debatiéndose cuanto más nos van a sangrar para poder mantener un país de funcionarios que ya no se puede soportar más con las arcas del estado.
Y aunque nos quede el derecho a la pataleta, pareciera que es el único que nos queda y que unos pocos vamos a tener que pagar todo esto.
No obstante seguiremos luchando para sacar este país hacia delante, porque históricamente siempre ha sido así y unos cuantos han sido los encargados de levantarlo, mientras las arcas de estado se nutrían de una manera poco claro.
Por lo menos, querido lector, seguiremos manteniendo la Fe, ya que para ello de momento, no nos hacen pagar, todavía tenemos el derecho a tenerla.
Fe en que alguna vez este mundo cambiará convirtiéndose en más afable para los que trabajamos y luchamos por sacarlo hacia delante, sin bajar la cabeza y luchando por lo que realmente nos importa, el derecho a tener una vida digna.