Este apoyo de la sociedad civil “ayuda a resistir las campañas organizadas para minar la resistencia a la defensa de un nuevo modelo energético”, expresa Morales.
Morales desvela que más del 75 % de los hogares tiene vitrocerámica y casi el 70 % termo eléctrico, y que retroceder al sistema de gas cuesta entre 2.000 y 5.000 euros