Illa ha pasado de ser la mejor apuesta del gobierno para liderar la sanidad a ocupar la plaza de mejor candidato del PSC para conquistar la Generalitat. El tránsito que va de una suposición a una ensoñación ha permitido a Sánchez, al PSOE, a tirar de banquillo. Y nadie mejor que el comodín Iceta para sustituir a la sustituta de Salvador.
La crisis de gobierno ha sido lo más parecido a un juego de rol. Mínima, incierta y pendiente de la ratificación de la cita electoral por la justicia, solo ha faltado jugarla a los dados. No sería especialmente noticiable, por lo habitual, si no nos encontráramos en un momento de riesgo colectivo por la situación de la pandemia de la COVID19 y sus graves consecuencias.
El pulso de Sánchez y Esquerra, con veto independentista incluido, impidió a principio de la legislatura colocar a Iceta en la presidencia del senado. No daban los números. Las tornas se han invertido y en este segundo tiempo, Sánchez, haciendo de la necesidad virtud, ha catapultado a Miquel digitándolo como ministro de España. Todos y cada uno de estos movimientos no parecen que se tomen de forma alineada con los verdaderos problemas de los ciudadanos. Cuadran más con un capítulo de juego de tronos, con guión de Iván, rodado en la Moncloa. Es de suponer que Pablo también tendrá su papel estelar. No en vano es el que más series de ficción está consumiendo desde su domicilio de Galapagar.
Todo ello, en una semana en la que Vox, de una tacada y para no perder protagonismo se ha metido un gol en propia puerta y por la escuadra. Se ha convertido en aliado necesario del gobierno socialcomunista para que se puedan utilizar los fondos europeos, que endeudan a todos los españoles durante 3 décadas, desde Moncloa y con los fines y objetivos que Sánchez e Iglesias estimen oportunos.
La misma semana que nos confirman que algunas de las medidas para frenar la COVID19 como la limitación de la movilidad quedan temporalmente anulados en Catalunya para permitir asistir a los mítines, en plena sopla de letras, con intervenciones estelares preparadas desde el moderno centro penitenciario de Lledoners (Almez , para los castellanos, celtis australis, para los científicos).
En el mismo espacio temporal en el que se confirma que la economía española ha sufrido, durante 2020, la mayor bajada del PIB de la historia y en la que la crisis de las vacunas mantiene en tensión a toda la Unión europea.
Con este campo tan embarrado, entrar a formar parte del multitudinario equipo de ministros a las órdenes del presidente Sanchez con la oposición permanente de Iglesias no es una cosa menor.
Solo nos queda desearles suerte a la sustituta y a su sustituto. En primer lugar porque la van a necesitar, en segundo lugar porque es lo que más nos conviene a todos los españoles y en tercer lugar, porque dirigir las medidas para frenar la pandemia, sin comité de expertos, con la ayuda de las salidas de guión de Fernando Simón, se convierte en una labor épica.
Buen finde.
Si (
No(
