Dos palabras de Elon Musk, el fundador de Tesla y hombre más rico del mundo, son capaces de revolucionar el valor de una compañía. Aunque sea por error. Es igual, los inversores son/somos tan irracionales que ni años de aprendizaje, observación o toma de decisiones se resisten a una recomendación de Musk.
“Usad Signal”. Ese fue el escueto tuit que lo cambió todo. Musk se refería a Signal, una aplicación de mensajería como Whatsapp.
Ante la vergonzosa ola de censura a las que nos están sometiendo las grandes tecnológicas estos días, la recomendación de Musk era dejar Whatsapp y pasarse a otra llamada Signal.
Ese tuit de Musk indujo a la locura. La irracionalidad y el cortoplacismo inversor acudieron en masa al rescate de Signal, comprando acciones y elevando el precio de manera desaforada. Pero los intrépidos inversores fueron a la empresa equivocada. Como la aplicación de mensajería que recomendaba Musk no cotiza en Bolsa compraron acciones de una empresa que fabrica dispositivos médicos y tiene un nombre parecido (Signal Advanced) que sí cotiza en Bolsa. Nada que ver.
Pues bien, las acciones de Signal Advanced (la empresa del sector médico) pasaron de 0,6 dólares el viernes 8 de enero a 70 dólares el lunes 11 de enero. Su valor inicial se multiplicó 116 veces en dos días.
Cuando los incautos inversores se percataron del error, las ventas de acciones afloraron y empezaron a retirar el capital. La cotización de la acción bajó drásticamente pero, ¿piensan que volvió a su valor inicial? Ni mucho menos. Ayer viernes cotizaba a 13,54 dólares.
Es difícil de entender que tras haberse percatado del error, la acción cotice 22 veces por encima de su precio original. ¿Qué ha cambiado? La racionalidad económica dice que ese es el valor de la publicidad involuntaria y gratuita de Elon Musk. Multipliquen por el número de acciones y verán el valor de la palabra de Musk. La empresa Signal Advance (la del sector médico) tiene 38,3 millones de acciones en circulación. Si el tuit malinterpretado de Musk ha hecho aumentar el valor de cada acción 12,94 dólares, el valor de la palabra de Musk es de 495 millones de dólares. Ahí es nada. Imagínense si hubiera sido bieninterpretado.
Llama la atención la poca valoración que muchos inversores hacen sobre el tiempo dedicado en su vida al estudio y aprendizaje. Un tuit equivocado puede echar al traste la experiencia previa. Pocos de esos inversores han dedicado ni un minuto a entender dónde invertir. Si lo dice Musk, debe ser bueno.
El poder de los tuits de Musk se ha visto otras veces. Sobre todo cuando lanza un meme o dibujo con su criptomoneda favorita, Dogecoin, cuyo logo es la cara de un perro. Su escueto tuit del 20 de diciembre: “Una palabra: Doge” hizo subir repentinamente el precio de esta criptomoneda.
Hace unos años leí la biografía de Elon Musk y lo segundo que me llamó la atención es que tenía claro desde pequeño que quería hacer algo que mejorara el mundo. Por esa ambición y su elevado cociente intelectual devoraba las bibliotecas del pueblo de Sudáfrica donde nació. Cuando se quedó sin libros que leer empezó a crear y expandir su conocimiento programando con un primitivo ordenador personal. Atesorar tanto conocimiento hace que dentro de sus empresas es quien más sabe de todo, sea del área que sea (diseño, ingeniería, finanzas, etc.) y no siempre es bien visto por sus subordinados. Como todo genio, transluce un carácter difícil que le genera antipatías.
Ayer, Elon Musk habló en otro tuit del dinero. Dijo que lo importante es la creación de bienes y servicios. El dinero solo sirve para recoger flujos de información de cómo se mueve la oferta y la demanda. Nada más. Dice Musk que ganará la moneda que tenga menos errores y menor latencia. La latencia es el tiempo que transcurre entre una orden y la respuesta esperada. Claramente se está refiriendo a las monedas digitales.
Los defensores de Bitcoin (BTC) han buscado el impulso de los tuits de Musk para impulsar más aún su precio, por si no bastara lo que lo están impulsando los inversores institucionales o la creación continuada de imitaciones de dólares digitales para su compra (Tether). Pero siento decirles que si Elon Musk tiene razón (y suele tenerla aunque a veces se le malinterprete), Bitcoin BTC no es la moneda más rápida, barata ni escalable. Mi investigación me llevó a Bitcoin BSV. El tiempo dirá. Hagan la suya y crean en sus propias creencias. Ni siquiera en las de Musk.
Por cierto, lo primero que me llamó la atención de en la biografía de Elon Musk fue su escasa inteligencia emocional, sobre todo en lo referido a su familia. No recuerdo cuantas exmujeres tiene e hijos tiene repartidos por la geografía. Los hijos representan un espacio de su agenda semanal y tras una jornada de trabajo coge su jet privado para dedicar unas horas de la tarde a cada uno de sus hijos de manera secuencial (no todos viven con la misma madre) y vuelve a casa. Al día siguiente, jet y visita al otro. No son todos los días que visita a sus hijos. Concentra las visitas en unos días y horas determinados. Cada uno tiene su espacio en la agenda, como las reuniones con sus técnicos o las visitas comerciales.
Espero que solo tomen los buenos consejos de Musk.