Rafa Nadal se ha impuesto este viernes al argentino Diego Schwartzman en las semifinales de Roland Garros por 6-3, 6-3 y 7-6 (0), en 3 horas y 8 minutos, y optará este próximo domingo a levantar su decimotercera Copa de los Mosqueteros. Su rival será el serbio Novak Djokovic, que busca su segunda corona en París. Esta es la sexta vez que el tenista mallorquín alcanza la final de París sin haber perdido ni un solo set en las eliminatorias previas.
Para lograr su triunfo 99 en Roland Garros, Nadal ha tenido que emplearse a fondo contra el mismo rival que le endosó, hace unas semanas, su única derrota tras el confinamiento. Esto sucedió en el Masters 1.000 de Roma y, de hecho, durante el primer set, Diego Schwartzman tuteó al defensor del título. El propio Nadal reconoció tras el partido que el argentino "llegaba en una gran forma; ya me lo había demostrado, y lo corroboró aquí contra Thiem. Es uno de los adversarios que más te puede romper el saque, y, por este motivo, ha sido una victoria muy trabajada".
Aunque no tendrá premio en forma de título, Schwartzman se llevará la recompensa de entrar por vez primera en el 'top 10' de la ATP, puesto que este lunes será octavo de la clasificación mundial. No obstante, y pese a su línea claramente ascendente, el argentino sucumbió ante un oponente que solo ha cedido dos sets en semifinales. Schwartzman no le robó ninguno, aunque el partido fue un intercambio de zarpazos e interminables idas y venidas de bola.
UN PRIMER SET MUY DISPUTADO
El rival de Nadal tuvo opciones en el primer set, más disputado de lo que atestigua el marcador, y que, de hecho, sobrepasó la hora de juego y contó con numerosas alternativas. Sin embargo, mientras Schwartzman solo aprovechó una de las bolas de rotura de que dispuso, Nadal ganó las dos que tuvo y no dejó que su adversario se apuntara su servicio hasta el sexto juego, cuando el reloj ya marcaba 45 minutos de partido. De esta manera, el mallorquín mantuvo la ventaja y se apuntó la manga.
SCHWARTZMAN PIERDE BRÍO
En el siguiente acto, el bonaerense debió sentir el peso de la dificultad, porque su tenis perdió un punto de tensión. No se fue del partido, pero cedió la iniciativa, hasta ese momento compartida, al tenista balear, que a la segunda intentona ya le arrebató el saque, sin que pareciera en condiciones de reaccionar un Schwartzman que se fue desdibujando. Solo en el sexto juego hubo un tibio intento de rebelión, un 0-30 que coreó el público deseoso de que el duelo recobrara brío. Sin embargo, Nadal respondió con un par de golpes magistrales.
ACTO FINAL
Aun así, Diego Schwartzman no tiró el partido el argentino, ni siquiera en la tercera y definitiva manga. En el tercer set cedió su saque, pero lo recuperó en el quinto y, de nuevo, tras cederlo al siguiente, en el séptimo. El tenista de Buenos Aires dispuso de tres bolas de rotura en el décimo, que le hubieran puesto en situación de servir para apuntarse el set, pero de nuevo las dejó escapar. Forzó un juego de desempate en el que perdió la precisión y cometió varios errores que no le permitieron disputarlo.
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