No hay que ser muy listo para saber que el 2020 viene complicado, con un mal pacto político que no terminan de negociar, una economía herida de muerte, políticas turísticas restrictivas y un sinfín de trabas que hacen que, incluso los que somos optimistas por naturaleza, lo dejemos de ser.
Por mi trabajo como consultora empresarial, tengo la fortuna de ser un termómetro de la sociedad empresarial, ya que mis clientes me transmiten continuamente su malestar social y los miedos que les surgen en su día a día.
A todo esto debemos de añadir que las previsiones económicas en España ya son malas y nos están advirtiendo que Baleares arrancará el 2020 con el nivel de contratación más bajo en los 3 últimos años.
El año 2019 comenzó con fuerza, pero la previsión, tras un tercer trimestre bastante peor que lo esperado, es que el cuarto y final de año nos van a traer pocas alegrías.
Mis colegas más optimistas me dicen que no tiene que ser así obligatoriamente, pero no me cabe ninguna duda que deberíamos de ser precavidos con el turrón que comemos este año, no vaya a ser que al ver los números con la cuesta de enero, nos vayamos a atragantar.
Lo que está clarísimo es que con una previsión tan mala en lo relativo a la contratación las cosas no pueden ir muy bien, ya que si los empresarios dejan de contratar, la economía se paraliza, así como el crecimiento del país.
Y no olvidemos que las políticas que nos anuncian nuestros políticos son como para querer salir huyendo al Caribe, porque tal vez allí tengamos el trabajo que aquí no va a haber.
En un país lleno de autónomos que a duras penas pueden subsistir, bombardeados de impuestos que hacen que estemos cambiando dinero continuamente, si las grandes empresas cierran o dejan de contratar, las previsiones no son muy positivas, por mucho que nos lo quieran dibujar de otra manera.
Pero cuando me preguntan, ¿qué se puede hacer para mejorar esta tragedia que se avecina?, solo me queda responder que ya lo hicieron el 10 de noviembre, votando a los que no crean empleo, sino que lo destruyen, y ahora estamos viendo las consecuencias de las decisiones.
Como siempre, digo, nos dieron pan y circo, y ahora nos dejarán con el circo y nos quitarán el pan.
Pero, bueno, al resto, los que decidimos apoyar a los que sustentan la economía, aunque no lo estaban haciendo para nada bien, para ver si de esta forma había una posibilidad de cambio, no nos queda más que el derecho al pataleo y ver cómo podemos subsistir, aprendiendo de los que llevan décadas en crisis y sacando todas nuestras herramientas internas hacia adelante para poder subsistir.
Nos toca reinventarnos una vez más, así que les aconsejo que cojan todos los libros que hemos escrito sobre crecimiento personal en estos años, como el mío de 'Coaching para Torpes', y se pongan a hacer ejercicios, porque en 2020 lo vamos a necesitar.