Los efectos y la gestión del turismo no son ajenos a los muchos asuntos que se debaten estos días en la Cumbre sobre el Clima que se celebra en Madrid. El cambio climático afecta de lleno a los destinos y, de cara al futuro, se ha convertido en una seria amenaza para la industria turística.
La Mesa del Turismo ha reflexionado largamente sobre el asunto en la Cumbre COP25. Por una parte, los expertos en gestión turística critican que se censure al turismo -desde "movimientos sociales alimentados ideológicamente"- por las emisiones de dióxido de carbono que desprenden los viajes en avión. Defienden que esta atribución de responsabilidades es desproporcionada, especialmente cuando los vuelos en avión apenas representan entre un 2 y un 5 por ciento de total de emisiones de dióxido de carbono que se lanzan a la atmósfera.
Por otra parte, la industria turística se muestra convencida de la necesidad de dar una respuesta contundente ante el cambio climático, consciente de que lo que está en juego es la materia prima del turismo: el paisaje, el medio ambiente y la salud de las personas.
El sector es el más interesado en que se adopten medidas que palien la evolución del clima y sus efectos negativos, y por ello se ha mostrado muy sensibilizado en la toma de decisiones. En Baleares hay ejemplos próximos de esta actuación. La práctica totalidad de las empresas hoteleras de las islas han desechado los plásticos de un solo uso emprendiendo acciones de economía circular que contribuyen al mantenimiento del medioambiente. Grandes grupos como Iberostar o Melià mantienen programas de sostenibilidad que han sido reconocidos internacionalmente.
Después de emprender en 2017 su programa "Ola de Cambio" -un plan específico destinado para luchar contra el cambio climático- Iberostar ha eliminado en 2019 todos los plásticos de un solo uso de las habitaciones de sus más de 120 hoteles en todo el mundo; con esta acción ha dejado de generar más de 500 toneladas de residuos plásticos.
Por su parte, Melià Hotels International ha sido designada como la cadena hotelera más sostenible del planeta tras la última evaluación realizada por la Corporate Sustainability Assessment, que analiza 4.700 compañías de todo el mundo.
Se trata de grandes corporaciones que luchan por la sostenibilidad del sector, por lo que sus acciones tienen un gran impacto; pero el ejemplo se extiende a lo largo de un tejido mucho mayor de compañías que se esfuerzan en promover programas de sostenibilidad similares, conscientes de que el futuro del turismo y la salud del clima van de la mano.